Recientemente y por lo sucedido con el Popocateétl, circuló la noticia de que el Nevado de Toluca despertaría con una erupción devastadora. Sin embargo, según Robin Campion, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los titulares no se ajustan a la realidad y ofrecen una visión errónea de los hallazgos de un estudio publicado en la revista Nature.
El estudio en cuestión, “Determinación del tamaño actual y el estado de los reservorios de magma subvolcánico” y publicado en noviembre de 2020, se centró en analizar la composición química de los cristales presentes en las rocas eruptadas por el Nevado de Toluca en los últimos 500 mil años, conocidos como zircón. Estos cristales proporcionan información sobre la evolución química y térmica del magma a lo largo del tiempo.
Contrario a las afirmaciones alarmantes, el estudio reveló que el sistema de alimentación magmática del Nevado de Toluca se ha enfriado en los últimos 500 mil años, lo que disminuye la cantidad de magma. Según Campion, más del 50% del volumen de magma de más de 350 km3 presente debajo del volcán está compuesto por cristales como feldespato, piroxeno y cuarzo, lo que lo hace viscoso e ineruptible.
El experto enfatiza que, para que una erupción ocurra en el Nevado de Toluca, se requeriría una nueva inyección de magma juvenil, más caliente y proveniente de las profundidades del manto. Actualmente, no hay ninguna señal que indique una inyección de magma de este tipo. Además, antes de una erupción, se observarían cambios sísmicos, deformaciones y un aumento en las emisiones de gases, señales que aún no se han detectado.
El Nevado de Toluca debe ser vigilado
Es importante destacar que el Nevado de Toluca es considerado un volcán potencialmente activo, con ciclos largos de actividad y períodos de tranquilidad. Por tanto, es fundamental llevar a cabo un monitoreo constante de los volcanes en el país. El análisis y la planificación de los peligros volcánicos a corto y largo plazo, utilizando tecnologías geográficas, generan conocimientos útiles para el manejo de posibles crisis volcánicas.
Ante noticias alarmantes, es recomendable que la población se mantenga cautelosa y consulte siempre las fuentes oficiales y autorizadas. La divulgación responsable de información científica precisa y verificada es fundamental para evitar la propagación de temores infundados y mantener a la sociedad informada de manera adecuada.
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