Pasajeros del vuelo AM2547 de Aeroméxico vivieron momentos de pánico durante la noche del miércoles 3 de mayo, cuando el avión en el que viajaban de Puerto Escondido a Ciudad de México sufrió una despresurización y tuvo que aterrizar de emergencia en Oaxaca.
El avión, un Embraer 190, despegó del Aeropuerto de Puerto Escondido y llevaba algunos minutos en el aire cuando ocurrió el incidente. Según la plataforma Flightradar, el avión tuvo que descender rápidamente de los 31 mil pies a los 18 pies de altura en cuestión de segundos, lo que provocó que se activara el sistema de mascarillas de oxígeno.
Un pasajero del vuelo relató en redes sociales cómo vivió el momento, mencionando que el descenso fue muy pronunciado y que algunos pasajeros se pusieron nerviosos. Sin embargo, el vuelo se estabilizó en los 12 mil pies de altura y logró aterrizar en Oaxaca sin mayores problemas.
Minutos más tarde, Aeroméxico emitió un comunicado en el que explicó que el aterrizaje de emergencia se debió a un aviso técnico por presurización en la cabina del avión, y que se trató de un protocolo de seguridad para revisar la aeronave. La compañía aseguró que el descenso y la llegada se realizaron en condiciones de total seguridad, y que el sistema de mascarillas de oxígeno operó correctamente.
La seguridad de los pasajeros es la prioridad número uno de las aerolíneas, y los protocolos de seguridad están diseñados para salvaguardar la integridad de los pasajeros en situaciones de emergencia. En este caso, el piloto de Aeroméxico tomó las medidas necesarias para asegurar la seguridad de todos los pasajeros y logró aterrizar el avión de manera segura en Oaxaca.
Aeroméxico trabaja actualmente para que los pasajeros puedan llegar a su destino final lo más pronto posible. Situaciones como estas son infrecuentes, pero es importante que las aerolíneas estén preparadas para manejarlas de manera efectiva y garantizar la seguridad de los pasajeros.