La guerra sin fin

francisco Javier García Bejos columnista

Por Francisco Javier García Bejos

Un año después de que iniciarán las hostilidades en Ucrania, todo parece indicar que este conflicto
no tendrá pronta resolución, ya que los hechos ocurridos esta semana dejan muy claro que los
bandos enfrentados no están dispuestos a ceder ni un ápice en sus posiciones, ambiciones y… no
sé si llamar convicciones a tan atroz afán de seguir matando gente.

En un primer acto, Joe Biden visita sorpresivamente a Ucrania para refrendar su apoyo al país
eslavo y de paso mandarle una indirecta -más bien directa- a Rusia de que Estados Unidos no
dejará sola a la nación de Zelenski.

En el segundo acto, ni tardo ni perezoso, Putin responde a la afrenta de Occidente con el anuncio
de su salida del acuerdo que mantenía con EU para el control de armas nucleares y en sendos
mensajes a su nación, cargados de ideas nacionalistas, ultraconservadoras y plagadas de
prejuicios, aseveró que Rusia nunca será vencida en el campo de batalla.

La guerra de declaraciones en ambos bandos y la cobertura mediática no han escatimado en
exagerar los vicios y las virtudes del contrario. En el interín, es inminente la intensificación de la
guerra mientras se establece el regreso a la normalidad de algunas ciudades ucranias y el proceso
de reconstrucción.

Hay varias cosas que me llaman la atención y que me preocupan respecto a este nuevo giro del
conflicto en Europa del Este.

Por un lado, queda claro que por ahora cualquier negociación por la vía diplomática o pacífica
queda descartada o al menos esa es la narrativa que ambos bloques están difundiendo. Por otro,
la suspensión del acuerdo de control de armas nucleares, que si bien Estados Unidos cumple a
medias o a conveniencia, por parte de Rusia enciende alarmas y más aún con las declaraciones
incendiarias de Putin, que si bien podrían interpretarse como simple fanfarronería, lo cierto es que
tampoco podemos subestimarlas. Muchos dudaban que pudiera invadir Ucrania y bueno, ya
sabemos lo que sucedió.

Adicional al despliegue de la narrativa rusa que clama con orgullo sus valores y grandeza, tenemos
a Europa que hace lo propio y a su principal aliado, Estados Unidos, asegurando que va a defender
“cada pulgada del territorio de la OTAN”.

Aquí no hay espacio para vacilaciones. El conflicto en Ucrania se antoja para rato y lo único que
podemos esperar es un poco de prudencia, sí es que eso es posible, frente a todo lo que estamos
viviendo, de aquellos que tienen el poder de decidir en qué momento se termina esta guerra.

Una semana lamentable para Ucrania y para el mundo, porque más allá de las epopeyas que cada
bloque se invente, en medio de todo el caos está la vida y destino de millones de personas, ya no
solo en Ucrania, sino en el resto del mundo. Lo dicho, una semana lamentable.

*

Mientras tanto, en el otro polo del orbe, el gigante asiático observa atento, mide su juego y calcula
meticulosamente su nuevo rol en la geopolítica mundial de nuestro tiempo.