Reestreno de Titanic en 3Dy HFR, vive la experiencia

 

Ha 25 años del estreno de Titanic, el éxitoso filme dirigida por James Cameron, se ha vuelto poco a poco un clásico del romanticismo y drama.
Y ahora, da un salto a la era moderna gracias a la tecnología 3D y, en especial, al HFR (alta tasa de fotogramas, por sus siglas en inglés). El único viaje del célebre buque se convierte en una experiencia inmersiva. Tan realista, que las aguas grises y verdes del puerto inglés de Southampton parecen estar al alcance de la mano.

Es así que volveremos a ver al barco más grande y lujoso del mundo zarpar para realizar su primera travesía. Los pasajeros, sean ricos o pobres, son parte de una experiencia única. El realizador pasea la cámara con cuidado, detalla el ambiente del alborozo, hace sentir al público que nada puede destruir a este coloso. Pese a que la mayoría conoce el final de la historia. Titanic vuelve al cine.

El cineasta decidió que Titanic regresará en el 2023, ya que es una de sus obras más queridas y el proyecto es bastante ambicioso.

Titanic, que causó gran impacto durante su estreno en 199, vuelve con el añadido de integrar al público a su trama. A un nivel tan profundo, que sus secuencias centrales dejan sin respiración.

Los bailes y risas, Jack (Leonardo DiCaprio) que dibuja para deleite de una audiencia que casi puede tocar el papel de su carpeta. Rose (Kate Winslet), de pie a punto de saltar al agua oscura. El cabello rojo sale de los límites, la fantasía para rozar la realidad. La ya clásica escena de amor que deja un cristal empañado, se hace más íntima.

Está vez la experiencia es 3D y, particularmente, con hiperrealismo del HFR, es un riesgo para James Cameron. El director se atreve a no añadir escenas o incorporar ediciones alternativas. Lo que hace, es dejar claro que el guion tiene potencia suficiente como para admitir una revisión de forma. La narrativa conserva su magia imperfecta, edulcorada, con algunos fallos de guion. Aunque su relato conserva la magia que cautiva por su aparente ingenuidad.

Claro está, la mayor parte del peso de la tecnología añadida destaca en la recreación de la tragedia. De hecho, muchos de los aportes visuales incorporados a la película tienen como propósito llevar al género de desastres a otra dimensión.

El realismo muestra la catástrofe a todo nivel, tan cercano como para ser claustrofóbico. Las tablas que se rompen, el agua que inunda con rapidez los niveles inferiores. El reloj que se detiene. Los gritos y alaridos de los que intentan escapar, sin que haya posibilidad que lo hagan. Pero el momento definitivo es cuando el casco pende en vertical sobre la línea del horizonte, lo que causa admiración por su magnitud. El 3D acerca las ventanillas que titilan, las astillas gigantescas que se parten en dos a la mano del público. Le lleva de vuelta a esa noche en que el barco más grande del mundo demostró que ninguna obra humana es imperecedera.