El Reloj del Fin del Mundo, que simbólicamente mide el fin de los tiempos, marcó este martes que la humanidad nunca ha estado tan cerca de un cataclismo planetario debido a la guerra en Ucrania, las tensiones nucleares y la crisis climática.
Las manecillas simbólicas del denominado Reloj del Fin del Mundo se acercaron lo más posible en 2023 a la medianoche nuclear, que significa la muerte de la humanidad en una catástrofe global, declaró Rachel Bronson, directora del Boletín de los Científicos Atómicos, en una ceremonia en línea.
El Boletín de los Científicos Atómicos, que describe el reloj como una “metáfora de lo cerca que está la humanidad de la autoaniquilación”, movió las manecillas de 100 segundos a 90 segundos para la medianoche.
Cada año, la junta de ciencia y seguridad del Boletín y sus patrocinadores, entre los que figuran 11 premios Nobel, toman la decisión de recolocar las manecillas de este reloj simbólico.
Hasta ahora lo más cerca que ha estado de la medianoche, la hora fatídica a la que esperan que nunca se llegue, había sido a 100 segundos. Lo estuvo dos años desde enero de 2020.
Pero las cosas han empeorado. En un comunicado, el Boletín afirma que este año adelanta las manecillas “debido en gran parte, pero no exclusivamente, a la invasión de Ucrania por parte de Rusia y al mayor riesgo de una escalada nuclear”
¿Qué es el Reloj del Fin del Mundo o del Apocalipsis?
El Reloj del Apocalipsis es una iniciativa promovida por el Boletín de Científicos Atómicos como metáfora de cuánto queda para que la humanidad destruya el planeta. De esta forma, este icónico Reloj está más cerca de la medianoche que nunca desde su creación.
El proyecto del temido minutero arrancó después de que la carrera internacional por el armamento nuclear viviera su episodio más oscuro con el lanzamiento por parte de Estados Unidos de las bombas atómicas de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Entonces, un grupo de científicos del Proyecto Manhattan empezó a publicar una revista sobre los retos del apocalipsis ante la amenaza nuclear, pero no fue hasta 1947 cuando crearon el ilustrativo símbolo del reloj para transmitir la trascendencia de la situación.
Las razones por las que adelantan el Reloj del Apocalipsis
Guerra en Ucrania
Los integrantes del Boletín de Científicos Atómicos subrayan que “la guerra en Ucrania puede entrar en un segundo año horrible, con ambos bandos convencidos de que pueden ganar“. “Están en juego la soberanía de Ucrania y planes de seguridad europeos más amplios, que se han mantenido en gran medida desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Además, la guerra de Rusia contra Ucrania ha planteado interrogantes profundos sobre cómo interactúan los Estados, erosionando las normas de conducta internacional que sustentan las respuestas exitosas a una variedad de riesgos globales”, añade.
Podrías leer : Cine contra Streaming, la batalla sigue
La declaración subraya que “lo peor de todo” es que “las amenazas apenas veladas de Rusia de usar armas nucleares le recuerdan al mundo que la escalada del conflicto, por accidente, intención o error de cálculo, es un riesgo terrible”. “La posibilidad de que el conflicto pueda salirse del control de cualquiera sigue siendo alta”, recalca.
Peligro nuclear
Los científicos atómicos agregan que “Rusia también ha llevado su guerra a los sitios del reactor nuclear de Chernobyl y Zaporizhzhia, violando los protocolos internacionales y arriesgándose a la liberación generalizada de materiales radiactivos”, al tiempo que “los esfuerzos de la Agencia Internacional de Energía Atómica para asegurar estas plantas hasta ahora han sido rechazados”.
Además, señalan que “está en peligro” el último tratado de armas nucleares que queda entre Rusia y Estados Unidos (New Start), salvo que ambas partes reanuden las negociaciones y encuentren una base para nuevas reducciones nucleares. En caso contrario, ese tratado expirará en febrero de 2026. “Esto eliminaría las inspecciones mutuas, profundizaría la desconfianza, estimularía una carrera armamentista nuclear y aumentaría la posibilidad de un intercambio nuclear”, apostilla la declaración. No en vano, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió el pasado agosto que el mundo ha entrado en “una época de peligro nuclear que no se veía desde el apogeo de la Guerra Fría“.
Cambio climático y pandemia
Además de la amenaza global que ha supuesto la pandemia, el Boletín de Científicos Atómicos pone en relieve los efectos de la guerra no se limitan a un aumento del peligro nuclear, sino que también “socavan los esfuerzos globales para combatir el cambio climático“, según la declaración, ya que los países que dependen del petróleo y el gas rusos han buscado diversificar sus suministros y proveedores, lo que ha llevado a una mayor inversión en gas natural cuando esta debería haberse reducido.