El huracán Ian, con categoría tres -desde este miércoles en cuatro- en la escala Saffir-Simpson, ocasionó el martes cuantiosos daños materiales en el occidente de Cuba, con intensas lluvias y fuertes vientos, a su paso rumbo norte hacia el estado de Florida en Estados Unidos.
Las autoridades trabajaron durante la madrugada de este miércoles para restablecer gradualmente el servicio a los más de 11 millones de habitantes del país, según un comunicado de la Unión Eléctrica de Cuba. En un principio, se interrumpió el suministro eléctrico a cerca de un millón de personas en las provincias occidentales de Cuba, pero más tarde colapsó toda la red.
Ian, el cuarto huracán de la temporada y el primero que afecta a Cuba, ha dejado multitud de municipios devastados en el tercio occidental de la isla.
Por el momento no se ha informado de daños personales, pero los damnificados suman decenas de miles. Solo los evacuados son más de 50 000.
El huracán ha arrancado tejados, derribado cientos de árboles y postes eléctricos contra edificios y viales, anegado calles, echado abajo torres de dos estadios de béisbol, inundado casas y afectado viviendas, fábricas, campos de cultivos y almacenes de la hoja de tabaco.
Se pronostica que Ian se fortalecerá aún más sobre las cálidas aguas del Golfo de México, alcanzando vientos máximos de 225 km/h (140 mph) a medida que se acerca a la costa suroeste de Florida. En el sur de la península se esperaban vientos con fuerza de tormenta tropical el martes por la noche, que alcanzarán fuerza de huracán el miércoles por la mañana.
“En este momento nos estamos enfocando en el área central del oeste de Florida como el área principal de impacto”, dijo el martes el especialista en huracanes Andy Latto a The Associated Press.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que aproximadamente 2,5 millones de personas estaban bajo órdenes de evacuación. Advirtió que se esperan daños en una zona amplia, independientemente de dónde toque tierra el vórtice de Ian. Exhortó a la gente a prepararse para apagones y a apartarse del camino del meteoro.