Ante el Congreso mexicano la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presenta anualmente una tríada clásica de documentos que guían el rumbo económico y financiero del país con profundas repercusiones políticas y sociales.
Nos referimos a la Ley de Ingresos, al Proyecto de presupuesto de Egresos y a los Criterios Generales de política económica.
Los Criterios han pasado de ser un ensayo de economía política con algunas gráficas, en los años 80’s, a un verdadero texto explicativo, apuntalado con indicadores y gráficas que reflejan la consistencia de los economistas de Hacienda, resultando un texto de más de 150 cuartillas.
Es un deber cívico leerlo.
Es un estudio serio de planeación hacendaria en el que se muestran y comparan resultados con otras regiones del mundo y cómo nos impacta directamente en cada sector lo que sucede en otras latitudes.
Además de una introducción el documento contempla un capítulo que describe el panorama general de la economía en lo que va del 2022.
Otro capítulo contiene el paquete económico para 2023, la política de responsabilidad hacendaria.
Viene también un capítulo denominado ejes de política económica en el mediano plazo en el cual hacen un esfuerzo prospectivo al imaginar el panorama económico 2024-2028.
El documento rector de los Criterios generales de política económica para la iniciativa de ley de Ingresos y el proyecto de presupuesto de egresos de la federación correspondientes al ejercicio fiscal 2023, contiene cuatro anexos documentales.
El primer anexo se refiere al desempeño de las finanzas públicas 2016-2022; el segundo anexo describe la evolución de los sectores de financiamiento y de pensiones en 2022; el tercer anexo presenta el marco macroeconómico 2022-2028, estimación de las finanzas públicas 2022-2028, perfiles de amortización y otros compromisos de pago.
Finalmente, el cuarto anexo contiene un resumen de los principales indicadores de finanzas públicas, difunde un cálculo del límite máximo del gasto corriente estructural, prospectiva del precio del petróleo para 2022, gasto programable del sector público 2021-2022, marco macroeconómico 2022-2023 y estimación de las finanzas públicas para 2022-2023.
Sin duda, es un documento elaborado por especialistas pero su lectura es accesible para todos. Debiese ser de estudio obligatorio en las facultades de economía, derecho, sociología, ciencia política, contaduría, administración, trabajo social y relaciones internacionales en todo el país.
Ahí, el alumnado universitario y de posgrado aprenderían a que todo programa u obra pública requieren de suficiencia presupuestal y está deviene de un ingreso fiscal sano. Evitaríamos muchas locuras en nuestra clase política y gobernante.
El documento en general es muy interesante en investigación de política pública comparada realizada, contiene rigor científico y cuenta, obviamente, con claros mensajes políticos y pequeñas pinceladas de retórica recubierta de ideología propia de la época.
Los economistas de Hacienda presentan diagnósticos certeros y sus esfuerzos de prospectiva tienen lógica.
Veamos un poco:
“(…) El crecimiento y desarrollo económico 2022 continuó reflejando las secuelas económicas ocasionadas por la pandemia de COVID – 19 y los crecientes conflictos geopolíticos, los cuales han generado una fragmentación del comercio y del sistema financiero internacional. El conflicto bélico de Europa del Este contribuyó al incremento adicional en el precio de las materias primas y generó presiones inflacionarias en la economía global, las cuales han alcanzado niveles no vistos en décadas”.
“Estos impactos generan que muchos bancos centrales, incluyendo el Banco de México, incrementen las tasas de interés con el objetivo de moderar la inflación mediante la contención del gasto ante la imposibilidad de que la oferta global pudiera satisfacer la demanda”.
“Si bien en EE.UU., nuestro principal socio comercial, se registraron indicios de desaceleración económica, aún no existe evidencia contundente de una recesión”.
El documento muestra un balance positivo de la economía mexicana, en algunos indicadores peca de excesivamente optimista.
Abundemos en citar la opinión de la SHCP:
“A pesar de un entorno complejo de la economía global, y después de que en el último semestre de 2021 la actividad económica registrará una expansión de 0.1% con respecto al semestre anterior, en el primer semestre de 2022 la economía mexicana sorprendió positivamente al aumentar 1.8% semestral (…). Así, la actividad económica hiló expansiones por tres trimestres consecutivos, destacando el primer y segundo trimestre de 2022 con aumentos de 1.1 y 0.9% trimestral, cifra superior al crecimiento promedio de 2011 a 2019 que fue de 0.5%“.
Al crecimiento del primer semestre contribuyó el dinamismo del mercado laboral, la recuperación del turismo nacional y el avance moderado del crédito interno al sector privado. Adicionalmente, el sector externo contribuyó vía ingresos por remesas del exterior y el crecimiento de las exportaciones petroleras y no petroleras:
Recuperamos con la semblanza analítica del economista Saúl Arellano, por su pertinencia retrospectiva, la valoración del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad, en coordinación con UNICEF y el PUED-UNAM, que documentaron a través de la Encuesta COVID19 (ENCOVI 19, 2021), el nivel de endeudamiento que tuvieron los hogares mexicanos durante la pandemia:
*En el pico de la pandemia, alrededor de marzo de 2021, el 57% de los hogares tuvieron que pedir prestado para enfrentar la crisis económica asociada a la emergencia sanitaria; pero ese nivel se mantenía en 52% en octubre de 2021.
*En el 34% de los hogares del país, alguna o alguno de sus integrantes, que antes no lo hacía, tuvo que comenzar a trabajar para complementar el ingreso familiar.
*44% de los hogares dejaron de pagar las deudas que ya tenían con anterioridad. Y cuarto dato: el 27% de los hogares tuvieron que vender o empeñar bienes para sortear la crisis.
Conclusiones
La política económica está bien manejada por el Doctor Ramírez de la O, pilar de la estabilidad política y económica de México hacia el final del sexenio.
La política de endeudamiento es responsable tanto en los montos de los empréstitos documentados en dólares como la deuda interna los cuales no rebasan el 50% del PIB.
La política de ingresos muestra estabilidad en tasas, al no registrar cambios en los principales impuestos federales.
La política de gasto continúa migrando sendos recursos a los programas sociales y a las obras insignias del sexenio, las cuales están aún lejos de presentar beneficios tangibles en las economías regionales.
El sector exportador se mantiene sólido gracias a la vigencia de los tratados de libre comercio iniciados en el régimen de Carlos Salinas de Gortari y ratificados por el presidente AMLO en el TE-MEC, hasta ahora.
El gasto en salud sigue siendo bajo, aunque mal orientado dado los resultados críticos en organismos como el INSABI.
Habrá aumentos en los sueldos de las y los servidores públicos, lo cual es prudente porque se mejora el consumo doméstico y se incentiva al pilar de la política, la administración pública.
El Gobierno federal coordinadamente con el Banco de México continuará la lucha contra la inflación; se debe respetar a toda costa la autonomía de la Junta de Gobierno del Banco Central:
Sin embargo ¿podrá superarse la aporía de que el Banco Central dirija sus resoluciones a los mercados financieros y no a la ciudadanía?.
Éste es el enigma que problematiza en The Currency of Politics: The Political Theory of Money from Aristotle to Keynes (Princeton, University Press, 2022), estudio del teórico político de la Universidad de Georgetown Stefan Eich, respecto al hecho desafiante en el mundo sobre los crecientes niveles inestables de alza de precios, y las medidas improvisadas, alevosas e irresponsables que suelen adoptarse por gobiernos y bancos centrales, dañando más a sus economías y gobernados.
Así, las decisiones de política económica y política inflacionaria ¿deben seguirse dejando sólo a las élites involucradas (des politizarse)?, o ¿deben democratizarse?.
Democratizarse implicaría saber qué política y porqué se está impulsando y qué caminos de democratización se están favoreciendo en favor de las finanzas públicas y de los hogares.
Tal vez ello permitiría recuperar realmente la confianza ciudadana en la conducción de la economía, en las instituciones financieras, en el Estado, en el empresariado.
Por otro lado, un eje clave de la actual política económica hacia 2023, será que el Congreso federal dé pautas al gobierno para erradicar prácticas de usura leoninas en el propio sistema bancario y comercial en cuánto al crédito privado al sector empresarial y a los hogares.
Se debe entender que la economía es “una ciencia competitiva cuyos efectos se viven todos los días” (Carlos Tello Macías): sus postulados deben ser respetados por la política; ya que, veleidosa y caprichosa, la política puede destruir el esfuerzo colectivo impulsado en décadas.
Máxime que esos episodios de expansión irracional del gasto público con inflación, ya los vivimos y quienes más acabaron
pagando la irresponsabilidad, fueron las clases medias y las y los más pobres entre pobres.
Recortar el gasto público a la mitad del ejercicio fiscal sólo denota irresponsabilidad y débil planeación hacendaria.
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