La energía solar sería mejor que la nuclear para las misiones tripuladas a Marte. Pero hay un detalle: esto sería en los casos que los astronautas se asienten en el ecuador del planeta. Los detalles de la investigación fueron publicados en Frontiers in Astronomy and Space Sciences.
Científicos de la Universidad de California, Berkeley descubrieron que una misión de seis personas a Marte podría estar suficientemente alimentada por sistemas fotovoltaicos. Esto confirma décadas de estudio sobre los beneficios de la energía solar tal como la utilizan los exploradores robóticos en el Planeta Rojo.
Además, los humanos podrían limpiar los paneles solares en el sitio, evitando el problema de la acumulación de polvo. Como se sabe, el polvo ha afectado a las naves espaciales de Marte a lo largo de los años.
La investigación
El trabajo de modelado sugiere que las métricas de la intensidad solar y la temperatura de la superficie tendrían una compensación superior a un sistema de fisión nuclear en términos de masa necesaria y energía generada. Esto, siempre que la misión tripulada se encuentre cerca del ecuador marciano rico en Sol.
El modelo asume que la energía solar podría almacenarse en el sitio utilizando un sistema de energía de hidrógeno comprimido, ya que este probablemente sería factible de extraer en la superficie marciana.
«La energía solar gana más cerca del ecuador; mientras que más cerca de los polos, la energía nuclear», dijo Aaron Berliner, coautor del estudio. Sin embargo, los polos marcianos son un entorno más extremo para que los astronautas lo soporten. Tiene menos luz solar y cambios de temperatura más grandes que los lugares ecuatoriales.
Otros usos
El estudio tuvo en cuenta tanto la masa y la energía de los dos sistemas en competencia, como las condiciones ambientales. El objetivo era comprender mejor cuánta radiación solar llegaría a la superficie marciana y cuál sería el mejor lugar para desplegar los paneles solares.
Los paneles solares utilizarían electricidad para dividir las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno. Este último se colocaría en recipientes presurizados para su almacenamiento y más tarde se electrificaría para producir energía. El hidrógeno innecesario podría reutilizarse, ayudando a generar amoníaco para fertilizar las plantas.
Los investigadores reconocieron que otras tecnologías, como la electrólisis del agua para crear hidrógeno y celdas de combustible de hidrógeno, también pueden usarse en Marte. Estos sistemas tienden a ser costosos, pero serían útiles en el Planeta Rojo, donde todo tendría que ser enviado a un alto costo.
Por otro lado, la energía solar podría tener otro tipo de usos. Los científicos creen que será posible diseñar microbios que produzcan plásticos a partir de dióxido de carbono e hidrógeno. Asimismo, podrían fabricarse productos farmacéuticos a partir de dióxido de carbono y luz solar. Todo esto, con potenciales aplicaciones aquí en la Tierra.