Se aproxima cambio en el modelo de negocio de la atención médica

La pandemia va en declive en México y aunque aún no se puede decir que ya pasó, surgen las evaluaciones sobre los aprendizajes y, en el caso de nuestro país, sobre lo que toca hacer para que el sistema de salud -y no sólo el público, sino también el privado que tiene un rol cada vez más relevante- responda de verdad a las necesidades del paciente.

Y la incorporación de la tecnología es uno de ellos. El tema fue abordado ampliamente hace unos días en el Smart Health Leaders Summit donde expertos de México y América Latina hablaron sobre los retos por venir en este sentido.

Hay puntos bien importantes de los páneles en ese evento que vale la pena rescatar. Pareciera que entre las lecciones que deja Covid-19 es que debe acelerarse la transformación digital en la medicina, pero hay puntos vitales previos que deben primero ponerse en orden para que de verdad funcione.

Y hablando específicamente del sector privado de salud, en principio es necesario que ya opere como un sistema articulado e integrado que atienda y resuelva la salud del paciente mexicano.

Al respecto platicamos con el director del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH), Javier Potes, en el marco del citado evento, quien evidenció que para empezar debe haber un cambio en el modelo de negocio en que opera la industria hospitalaria. Hay que olvidarse del modelo tradicional, dice, y ubicar la mejor forma de interoperabilidad entre todos los actores de la atención médica -hospitales, médicos, aseguradoras, laboratorios y proveedores de tecnología- viendo cómo poner al paciente en el centro y mejorarle la experiencia. Y, una vez hecho eso, entonces y sólo entonces, ya ponerse a hablar de la aplicación de las nuevas tecnologías bajo el nuevo modelo.

No tiene sentido, agrega, estar buscando aplicar lo último de la tecnología bajo el tradicional modelo de atención porque entonces sólo se está tratando de hacer lo mismo que se hace con papel, sólo que ahora con computadoras; el único beneficio es ahorrar espacio.

“El tema no es tecnológico, la tecnología ya es disponible; si no hemos podido adoptarla correctamente es porque nos falta un salto cuántico previo; debemos crear primero los modelos adecuados para atender de forma más eficiente las necesidades del paciente y éstas hoy deben estar enfocadas ya no en atender la enfermedad, sino en mantener la salud”.

Y en función de eso que expone Javier Potes, el punto entonces está en que el sistema privado -al igual que el público- volteé hacia la prevención, y ahí es donde está el desafío. Pero parece que no todos lo están viendo.

Está el caso, por ejemplo, de que con la pandemia surgieron una serie de proveedores de atención médica domiciliaria tratando de atender con celeridad la demanda de los pacientes a ser atendidos sin tener que ir al hospital o al consultorio, pero en los hechos esos médicos o proveedores diseñaron la opción sobre las rodillas, y están aislados, es decir, no están integrados al sistema de salud, pero ello se debe a que falta precisamente la articulación del propio sistema.

Pero esto que se dice fácil, implica nuevos arreglos entre todos los actores, e incluso empezando por un cambio de modelo del financiamiento de la salud donde el objetivo ante todo es que el paciente se mantenga sano y que todos los prestadores de servicios médicos estén alineados en ese objetivo.

Ello implica como segundo paso un cambio de relación entre los actores a partir de un nuevo acuerdo de interoperabilidad definiendo cómo fluirá la información en los diferentes niveles donde también el paciente tome la palabra para definir cómo mejorar justamente su experiencia.

Todo esto va, comenta Potes, antes de la incorporación tecnológica que sería el tercer paso, porque de lo contrario, con todo y la tecnología -si no se hace ese reacomodo bajo un nuevo modelo de operación y de negocio-, el paciente seguirá tropezando una y otra vez con la falta de coordinación y articulación del sistema privado de salud.

Cambio generacional en Amelaf

El dia de ayer la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) celebraron su asamblea anual de socios de los 45 laboratorios que la integran, y eligieron a Luis Verduzco como nuevo presidente del consejo directivo. Le entregó la estafeta Arturo Morales, de Landsteiner, luego de estar al frente durante cuatro años de la asociación.

Así, la mesa directiva nueva queda encabezada por Luis Verduzco, de Gelpharma, como presidente, Carlos López Patán, de Medix, como vicepresidente, e Ignacio Luna, de Biofarma, como vicepresidente. Juan de Villafranca, quien ha sido director general, fue electo como presidente ejecutivo de Amelaf en justo reconocimiento a su labor.

Y conformaron la comisión de honor y justicia con los dos expresidentes: Arturo Morales y Fernando Ramos, de Genbio….

Es interesante el cambio generacional en la cabeza de un organismo importante dentro de la representatividad farmacéutica. El nuevo presidente, Luis Verduzco, es originario de Guadalajara, Jalisco, y propietario de laboratorios pioneros que participan en el mercado nacional de la fabricación de medicamento desde hace más de 50 años.