En un mensaje a la Nación difundido por las canales de televisión, el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció el lunes a las repúblicas rebeldes de Donetsk y Lugansk como estados independientes. Ello abre la vía al despliegue en ambos enclaves de tropas rusas, una vez se firme con sus respectivas autoridades un acuerdo de cooperación militar. También surge con fuerza la posibilidad de choques armados directos entre las tropas rusas y ucranianas, lo que a su vez podría desencadenar una intervención de Rusia a gran escala.
Putin explicó en su discurso que «la Ucrania moderna fue creada en su totalidad por la Rusia bolchevique». Llamó a Lenin «autor y arquitecto de Ucrania» y recordó que el país vecino se vio entonces beneficiado por «regalos al nacionalismo ucraniano de territorios históricamente pertenecientes a Rusia» como, según él, el caso de Donbass, que fue «incorporado a Ucrania a empellones».
Después reiteró que la revuelta del Maidán, que culminó en febrero de 2014, fue un «golpe de Estado sangriento» orquestado por Occidente que, a su juicio, «no trajo la democracia» y denunció una vez más la amenaza que para Rusia supondría que Ucrania entrara a formar parte de la OTAN. Putin volvió a acusar a los dirigentes ucranianos de negarse a cumplir los acuerdos de Minsk y les acusó de crear la «crítica» situación reinante en el momento actual en Donbass por culpa de sus acciones armadas.
Peticiones separatistas
Los cabecillas de las dos repúblicas separatistas de Donbass, Denís Pushilin de Donetsk, y Leonid Pásechnik de Lugansk, habían solicitado horas antes al presidente ruso el reconocimiento de sus respectivos territorios como independientes y suscribir con ellos sendos acuerdos de cooperación militar. Igual que hizo Moscú en 2008 en relación con las dos provincias secesionistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, en las que inmediatamente fue desplegado el Ejército ruso. Parecido fue el procedimiento con el que Moscú se anexionó Crimea en 2014.
Así que, como si se tratara de un guión teatral perfectamente coordinado, el Consejo de Seguridad de Putin se reunió después para presuntamente «estudiar» la petición de los líderes separatistas. La parte abierta de la sesión de este órgano presidencial se retransmitió en directo a través de los canales públicos de televisión rusos, lo que da idea de la magnitud del gesto propagandístico desplegado para justificar lo que sin duda agravará todavía más las tensiones con Ucrania y con Occidente.
Las intervenciones de los miembros del Consejo de Seguridad fueron, lógicamente, en la línea de satisfacer las demandas de Pushilin y Pásechnik, es decir a favor de reconocer a Donetsk y Lugansk como estados independientes. A continuación, una vez todos tomaron la palabra, Putin dijo que «he escuchado sus opiniones, la decisión será adoptada hoy». Tras estas palabras, fue interrumpida la retransmisión y el Consejo de Seguridad continuó la reunión a puerta cerrada. Después se anunció que habría un mensaje a la Nación del máximo dirigente ruso para dar a conocer la decisión tomada.
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Presunto apoyo ruso
Antes, durante la ronda de alocuciones, el más explícito fue el expresidente ruso y exjefe del Gobierno, Dmitri Medvédev, quien señaló que «sabemos lo que pasará si se reconoce a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, la presión será ilimitada, pero sabemos resistir». Según su opinión, «Occidente pedirá volver al diálogo sobre seguridad estratégica después de algún tiempo, si Rusia reconoce Donbass, como ya sucedió después de 2008», teniendo en cuenta Osetia del Sur y Abjasia.
Medvédev dijo estar seguro de que «una aplastante mayoría de los rusos apoyarán el reconocimiento de ambas repúblicas».
Por su parte, la presidenta del Consejo de la Federación (Cámara Alta del Parlamento ruso), Valentina Matbiyenko, afirmó que «la amenaza de sanciones es algo doloroso y desagradable, pero ha llegado el momento de tomar una decisión que no se puede seguir posponiendo». La jefa del Senado ruso subrayó que «los habitantes de Donetsk y Lugansk se han convertido en rehenes de un proyecto occidental en contra de Rusia con el que pretenden enfrentar a dos pueblos eslavos hermanos», en alusión a rusos y ucranianos.
Dmitri Kózak, miembro de la Administración del Kremlin y representante de Rusia en el «grupo de contacto» que negocia la aplicación de los acuerdos de Minsk, aseguró que «es evidente que Ucrania y sus aliados occidentales no necesitan Donbass bajo ninguna circunstancia». Opinó que «las negociaciones de los acuerdos de Minsk está en nivel cero ya desde 2015».
Hace justo una semana, el pasado martes día 15, la Duma (Cámara Baja del órgano legislativo ruso) aprobó por aplastante mayoría una resolución, cuyo proyecto presentaron los comunistas, instando a Putin a reconocer Donetsk y Lugansk como estados independientes. De cara a su posible ulterior anexión o con el objetivo de convertirlas en protectorados rusos. Ese mismo día, el máximo dirigente ruso calificó de «genocidio» lo que está sucediendo haciendo actualmente el Ejército ucraniano en Donbass.
Ruptura de Minsk
Putin puso el lunes al corriente por teléfono de la decisión de reconocer Donetsk y Lugansk a su homólogo francés, Emmanuel Macron, y al canciller alemán, Olaf Scholz, quienes le advirtieron que tal medida supondrá la «ruptura unilateral» de los acuerdos de Minsk.
De manera que la cumbre entre Putin y el presidente estadounidense, Joe Biden, que, según Macron, deberá tener lugar pronto, muy probablemente se truncará.
Todo se venía venir cuando el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que «no, todavía no hay planes concretos sobre un posible encuentro entre los presidentes Vladímir Putin y Joe Biden». Según sus palabras, «hablar de planes sobre organización de cumbres es prematuro».
A juicio de Peskov, «ahora se entiende que los contactos entre la Federación Rusa y los Estados Unidos continuarán a nivel de ministros de Exteriores», Serguéi Lavrov y Antony Blinken, que tienen previsto reunirse el próximo jueves en Ginebra, aunque también está por ver si llegará a celebrarse. Los analistas no excluyen que hoy o en los próximos días el máximo dirigente ruso adopte medidas definitivas para detener la supuesta «ofensiva» ucraniana contra Donetsk y Lugansk.
Peskov explicó además que «la evacuación de los residentes de Donbass fue provocada por las acciones provocativas y agresivas de las Fuerzas Armadas de Ucrania y el peligro que en este sentido ha surgido para la vida de la población civil». El domingo, durante su conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron, Putin le dijo eso precisamente, que el agravamiento de la situación en el este de Ucrania se debe a las «provocaciones» de Kiev y negó que el repunte de tensión sea culpa de Rusia. Para el presidente ruso, Occidente «está empujando a Kiev a una solución militar» mediante el envío de armas y municiones.