Edgar Mereles Ortíz.
¡Se quema el Santo Palco!
“Todos los tiranos son muy populares.
Pregúntele a Ortega y Pinochet”
Rutilio Zárate.
Desde hace unos meses para acá, el “tutti mondo” de la cuatroteología en su liturgia cotidiana, ha impuesto o acuñado la percepción de que su “tlatoani Andrés Manuel I” es el jefe “cara dura” más popular de toda la grey cuatroteísta. En un esfuerzo del instituto de comunicación teológica de la santo palco antes Palacio Nacional, bajo la dirección del Topil Mayor: Yisús Ramírez, quien además es el organizador de las tenidas comunicacionales y de la sección caza pecadores: ¿Quién es quién en las mentiras?
Y, como en su momento los hicieron Goebbels con Adolfo Hitler, Alexándrov con Stalin, o cualquiera de los dieciséis directores de comunicación de Pinochet; Jesús hace su labor de propaganda, comunicación e información. Su objetivo es poder difundir a toda la población las fortalezas y aciertos del tlatoani, su cuerpo espiritista y su conclave en los órganos de gobierno y legislación. No les llamo poderes, porque los ungidos legisladores y magistrados carecen de toda independencia, libertad, autonomía y división de los poderes, esto debido a que El Jefe de Estado es el Gran Tlatoani, que tiene plenos poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Es decir, “Andrés Manuel I” es todo de todo en todo el reinado mexicano y sus treinta y un topiles estatales y la jefa del Topil del santo palco.
Pero en este sistema político y su visión cosmogónica del poder hay elementos que están fallando y llevan a pique el desempeño sacerdotal. La corrupción, las alianzas con el crimen organizado que ya administra parroquias, diócesis estatales y órganos del estado infiltrados. Otra de las debilidades es, que la caridad no llega y la pobreza está en aumento, según órganos desautorizados por el santo palco la pobreza a aumentado en un 13% en los últimos meses y dice la CONEVAL, órgano laico y enemigo de la divinidad morenista, que dicho ascenso no va a parar ya que, según el INEGI, otro órgano antitlatoani, estamos en recesión económica y el crecimiento que presume el alter páter del 5%, está más lejos que el telescopio Webb.
Ante estos y otros desastres, Yisús dispuso del levantamiento de una encuestas cuya vitrina metodológica es un secreto, y dice que Andrés Manuel I es el más popular orbi et urbi.
Pero ¿acaso popularidad es directamente proporcional a aceptación?
Recuerdo cuando estaba en la primaria que había un infante cuya fama se sostenía por sus habilidades pugilistas, tenia un mazo en su infantil puño y había rostros valientes que lo ponían a prueba, Arnulfo era el más popular, pero nadie se juntaba con él y en los recreos se divertía “sólo con su soledad”. En la secundaria había un puberto que tenía fama de adoptar cierto cariño por lo ajeno, su capacidad de hurto tenia de cabeza a las autoridades, de repente alguien veía que su lapicero de dibujo técnico, su compas de precisión y otros objetos estaban en sus manos, era el más popular y por unanimidad Jorge fue expulsado. En la cinco veces heroica preparatoria número 5: ¡alfalfa, vacas y caca, arriba la facultad de Coapa! Adrián era un adolescente con sueños de judicial, alguna vez lo vi agarrarse a mosquetazos y sus habilidades y fuerza lo hacían invencible, cierto día en una riña de tránsito su oponente saco una pistola y, junto con su popularidad, como “Cleto Fufuy, sus ojitos cerró”.
En el caso del apóstol de los abrazos y no balazos, está sucediendo lo mismo: es el más popular por que en la pandemia dijo que, con un escudo del sagrado corazón, se iba a detener el contagio y hoy somos la nación con mas muertos en el mundo. Dijo que, al otro día de la elección en junio del 2018, iba a acabar con la delincuencia y ya llevamos más de cien mil muertos. También juró ante el ara de la constitución, que no iba a existir más corrupción y no solo la ha combatido, la ha propiciado entre familiares y amigos cercanos igual que el dictadorcillo de Nicaragua. Por último, en el uso de sus facultades divinas, omnipotentes y omnipresentes designo a un acosador como embajador de México en Panamá; las dignas mujeres en voz de la canciller de aquella hermana nación, lo mandaron al rancho familiar. El gran tlatoani, (enfurecido por las riquezas mundanas de su hijo, exhibidas por una alianza judío-comunista-masónica universal), propuso a sor Yisusa, adoradora de la maledicencia, receptora divina de la mota humeante y portadora de los mas creativos albures de la liturgia del coro de chairos. ¿Pues que le hizo al tlatoani Andrés Manuel I la República de Panamá? Nada, todo es un teatro guiñol para evadir las miradas que caen sobre el pecadorcillo “Pepillin raterin, mantenidin” monaguillo de la sagrada familia, (quien por cierto ya tiene jarto a todo el elenco palaciego) de lo que es el talón de Aquiles y corroe la santidad del sacro palco: la corrupción está quemando los aposentos, hace humo blanco y es intenso.
Desde la meseta poblana donde algún día las armas mexicanos se cubrieron de gloria. 6 de febrero del 2022.