La opinión de Demetrio Sodi
La historia de México del siglo XIX estuvo marcada por la lucha entre conservadores y liberales que desembocó en las guerras de Reforma y la intervención francesa, con la victoria final siempre de los liberales. Durante todo el siglo XX se dio un enfrentamiento similar entre los liberales revolucionarios (PRI) y el pensamiento conservador (PAN).
López Obrador ha tenido la habilidad de poner del lado equivocado de la historia a toda la oposición, logrando que sea vista como la derecha conservadora, mientras él y Morena cómo los liberales que quieren un cambio en beneficio de las mayorías.
Aunque lo anterior no sea verdad, la imagen de Sí por México como una iniciativa empresarial y del PAN un partido conservador pone a la oposición del lado equivocado. No va a ser fácil ganar en el 2024 si la oposición no se quita esa etiqueta y hace algo diferente a lo que ha hecho estos tres años.
El discurso de la oposición ha estado en la defensa del mercado, la economía y el Estado de derecho, muy alejado de las demandas de la gente y como consecuencia, López Obrador y Morena han ganado todas las partidas ante la opinión de la mayoría de la población. Si bien el discurso de la oposición ha sido racional y responsable, no ha sido popular y convincente para la gran mayoría de la gente.
López Obrador sigue manteniendo un altísimo nivel de popularidad porque la gente le cree y le sigue teniendo confianza, la crítica a todo lo que hace, sin reconocer nada bueno, lo único que ha logrado es que se pierda toda credibilidad y la crítica sea rechazada en forma automática por la mayoría de la población. Por otro lado, como sólo se critica, la gente no conoce una propuesta alternativa por parte de la oposición.
La mayoría de los analistas no entienden por qué la gente sigue apoyándolo cuando el país va mal, lo que no se dan cuenta es que la opinión de la gente común y corriente no depende de un análisis estadístico histórico y macroeconómico, sino de cómo le va todos los días. En las encuestas a la gente se le pregunta cómo está contra el año pasado y la gente responde que mejor, porque está mejor que el año pasado y como consecuencia optimista hacia el futuro. En el caso de la pandemia sucede algo similar, la gente no ve estadísticas mundiales y no culpa al gobierno de sus enfermos o muertos, pero le agradece la campaña gratuita de vacunación.
Si es difícil ganarle a un gobierno que es rechazado, es mucho más difícil ganarle a uno que tiene los niveles de aceptación que tiene López Obrador.
Si queremos ganar en el 2024 tenemos que cambiar radicalmente la estrategia y adoptar un discurso que no se quede sólo en la crítica y que ofrezca a la gente una mejor opción. Asimismo, la oposición tiene que quitarse la imagen conservadora y rebasar a López Obrador y a Morena por la izquierda, con un programa que beneficie y cree oportunidades para toda la población, sobre todo para la gente que vive en pobreza.
Un programa realista, incluyente y creíble, que resuelva de fondo los problemas de falta de crecimiento económico, empleo y pobreza y que ha enfrentado el país en los últimos 50 años.
Con información de El Economista