Senadores del Congreso de Estados Unidos pidieron al presidente Joe Biden a posicionarse públicamente y a través de los canales diplomáticos correspondientes en contra de la reforma eléctrica de su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador.
El posicionamiento se dio a través de una carta firmada por Brian Schatz, Tim Kaine y Jeff Merkley, congresistas que advirtieron sobre la problemática agenda amigable con los combustibles fósiles que impulsa el presidente, Andrés López Obrador.
“La agenda política del presidente López Obrador prioriza las fuentes de energía de carbón intensivas, contaminantes y más caras, simplemente porque la producción es propiedad del Estado”, indicó Anthony Blinken, secretario de Estado, y la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, quien visitará México esta semana.
Los senadores aseguran que dicha reforma, que busca fortalecer la participación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la producción de energía eléctrica, amenaza la inversión de 44.000 millones de dólares dispuestos para el sector energético en México.
Según los legisladores firmantes, de aprobarse la reforma eléctrica, el gobierno mexicano cancelaría los permisos, contratos y certificados de energía renovable; eliminar las agencias reguladoras de energía federales que brindan controles y contrapesos a las compañías de energía estatales”, y genera una reorganización de las cuotas de producción de energías privadas “para favorecer la producción de combustibles fósiles.
Los integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU advirtieron que una de las principales amenazas de la reforma, quizá la más perjudicial para las prioridades de la administración Biden, es el apartado relación a la extracción de litio.
Los senadores calificaron la propuesta de suspender las concesiones para la extracción de este mineral como la “antítesis de la relación económica” entre EEUU y México, y sostuvieron que, de aprobarse, estará en contradicción con la prohibición para establecer nuevas restricciones estipulada en el T-MEC.
Los firmantes agradecieron al embajador de EEUU en México, Ken Salazar, su compromiso para externar las preocupaciones del gobierno de Biden respecto a la reforma eléctrica, pues el silencio por parte del presidente estadounidense se interpreta como una aprobación tácita.
“Los informes públicos indican que el presidente López Obrador interpreta el relativo silencio público de la administración Biden sobre este tema como indiferencia o aprobación tácita de la decisión de su gobierno para priorizar el desarrollo de combustibles fósiles sobre las energías limpias”, se lee en el pronunciamiento.
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