Por Gustavo Cano
Anabel Hernández escribió en 2019 el libro “El Traidor”. En este libro Anabel hace gala de sus magníficas dotes como investigadora periodística y escritora experta sobre el narco mexicano. La narrativa de Anabel sobre el diario del hijo del Mayo Zambada, el Vicentillo, mismo que escribió durante su detención en una prisión en Chicago, es simple y sencillamente magnífica.
De acuerdo a la periodista mexicana que vive en el exilio, es el Mayo Zambada, y no el Chapo, la persona que controla desde siempre el destino del Cartel de Sinaloa. La detención de su hijo en la Ciudad de México no es cualquier cosa. Aparentemente el Mayo siempre ha sido el poder tras el trono y el Chapo una especie de escaparate para distraer a la atención pública y exponer “los logros” de las policías y el ejército sobre el poder de los traficantes del Cartel de Sinaloa. Mientras todo mundo presta atención a los malabares y escapes del Chapo, el Mayo se encargó de consolidar el imperio del Cartel de Sinaloa sobre el tráfico y producción de drogas, no únicamente en México, sino en el mundo entero.
A continuación presento algunas deducciones sobre la lectura del libro. Quizá la primera gran deducción es que uno puede deducir cantidades industriales de deducciones. La información que Anabel maneja sobre el tema es impresionante y uno puede notar que su principal reto para sacar adelante una versión coherente del libro fue el manejo adecuado de toda la información que poseía al respecto. Empezando por el famoso abogado Gaxiola, de donde sacó la mayor parte de la información que publicó, además de los diarios no oficiales y records oficiales del juicio del Vicentillo.
Da la impresión que el famoso Gaxiola, quien le dijo a Anabel que tenía cáncer y que sólo podría publicar lo que él le proporcionó hasta después de su muerte, es un grupo no muy grande de informantes muy cercanos a la familia del Mayo y del Vicentillo. Quizá dos o tres, pero no más. Esto es, Gaxiola no fue el único que le pasó información valiosa sobre el Cártel de Sinaloa a la periodista. Éste es un recurso muy recurrido por los escritores, escritoras, escriteres del género del narco. Nunca, jamás revelar sus fuentes, ya que sus vidas corren peligro, por definición. Las fuentes importantes que se revelan son las que ya no se pueden verificar, principalmente las moridas, como dicen en mi pueblo.
¿Los libros de Anabel son en realidad actos de fe leerlos y creerlos? Pues sí, cualquier autor que escriba sobre el narco mexicano está haciendo un acto de fe al escribirlo y los lectores un acto de fe al leerlos. Lo de creerles o no ya es harina de otro costal. Y si ustedes me preguntas si leo y le creo a Anabel, la respuesta es sí y sí. Lo de creerle no es muy difícil. A través de los años Anabel ha denunciado en sus escritos cosas y personas que con el tiempo han resultado denuncias basadas en hechos. Además, de creer la versión de Anabel a la versión oficial de los hechos, definitivamente me quedo con la versión de Anabel.
El párrafo anterior me lleva al segundo punto sobre el planteamiento de las deducciones. Muchas deducciones pueden caer en el terreno de la fantasía o del error pleno. El abogado Gaxiola es presentado por Anabel como el contacto entre el Mayo Zambada y un Vicentillo aprisionado, hasta ahí todo bien. Pero todo lo que sigue nos lleva por caminos relativamente insospechados sobre la consolidación y afianzamiento del Cártel de Sinaloa a través de una compleja maraña de complicidades y extorsiones recurrentes y metódicas, que lo único de lo que podemos estar seguros es que el Mayo es un jugador de ajedrez de primera línea, además de convertirse en el Señor del bien y del mal, de la vida y de la muerte sobre los pillines que se benefician del tráfico de drogas en nuestro país. El Mayo no tiene socios, crea gatos. Y sacar deducciones sólidas y consecuentes de planteamientos que brincan por todos lados pueden convertirse en un ejercicio temerario, por decir lo menos.
Aun así, procedo a deducir. Y hasta enumero mis deducciones.
- El tráfico de drogas en nuestro país es un negociazo fenomenal. Aunque las barreras a la entrada son muy altas (generalmente sólo la familia llega a los puestos altos, al menos para el caso del Cartel de Sinaloa), las barreras a la salida son igual de difíciles y duras: cuando un narco de perfil alto o medio llega al final de sus actividades es porque muere, porque lo matan o porque lo encarcelan en los Estados Unidos por un periodo de tiempo prolongado. En México difícilmente pasa algo en términos reales, es pura cumbia marrullera.
- El punto de convergencia que delata el progreso inequívoco de los carteles mexicanos que trafican droga en nuestro país está marcado principalmente por dos cosas: la brutal cantidad de dólares que el gringo promedio paga al consumir sus droguitas y que inundan a México por todos lados, literalmente. Y la no menos brutal corrupción que impera en prácticamente todas las autoridades e instituciones armadas y/o gubernamentales de nuestro país. Con los sweet dollars se compran armas en los USA e impunidad en México. En cuanto el gringo promedio deje de drogarse o se legalicen las drogas en los Estados Unidos se acaba el problema, al menos en teoría.
- Los grandes carteles actúan como concesionarios mayoristas de mercancías y servicios en el proceso de tráfico de drogas. Con excepción del Cartel de Sinaloa, la abrumadora mayoría de los otros cárteles mexicanos trafican sus cositas (droga en bruto, droga procesada lista para consumir y toda una serie de substancias para procesar droga) rumbo a los Estados Unidos. El cartel de Sinaloa trafica sus cositas hacia los Estados Unidos, pero también a la mayor parte de los países del mundo.
- La frontera de México con los Estados Unidos es una auténtica coladera de tráfico de drogas, corrupción, impunidad y muerte. A los Estados Unidos les entra la droga hasta por los cachetes. Esto lo saben las autoridades mexicanas y las estadounidenses desde hace ya muchos años. En la frontera, al igual que en Nueva York o Berlín antes de la llegada del führer, todo mundo tiene un precio.
- En México la inteligencia relacionada con el tráfico de drogas es un monopolio operacional de los carteles. Esto es, no obstante la inteligencia sobre el tráfico de drogas en México es producida por agencias estadounidenses y mexicanas, son los carteles los que deciden qué hacer con dicha información.
- El Cartel de Sinaloa es el gran comprador de autoridades y otras organizaciones mexicanas, al igual que otros cárteles, todo depende de qué parte del territorio mexicano estemos hablando. Anabel afirma que Fox recibió un billete del Chapo y que funcionarios de PEMEX y directivos de Bachoco le entraron duro y sabozo-sabozo para transportar drogas del Cartel de Sinaloa. Y ya no se diga gobernadores, policías federales, presidentes municipales, policías municipales y estatales, funcionarios de la alta burocracia (tecnócratas o no), etc. Está difícil hallar en México a alguna autoridad que no le haya entrado, directa o indirectamente, a los sweet dollars del Cartel de Sinaloa.
- El negocio de los grandes carteles es tan grande que resulta muy difícil y hasta ocioso imaginarse que algún día llegue a su fin. Gobiernos van y vienen y sus funcionarios nada más se enriquecen, pero el problema central persiste: los carteles han sustituido al gobierno mexicano en todo lo relacionado con el cumplimiento de la ley. Más del 96% de los crímenes en México no se resuelven (!!!), los feminicidios van a la alza, los policías obedecen a los patrones y se burlan de la ciudadanía, se bestializa paulatinamente la educación promedio del mexicano, etc. El gobierno de AMLO no pinta diferente, del culiacanazo para acá, el presidente resuelve los problemas a nivel discursivo, pero de ahí no pasa. Es como si el problema no existiera. Y ya llevamos así desde mediados de los ochentas…
- El Mayo es un master de jugadas estratégicas, eso que ni qué. Los tiempos los maneja a la perfección. Es posible deducir que la entrega del más querido de sus hijos a la DEA fue un trato arreglado con la misma agencia. El Vicentillo se encargaría de ventanear a una buena parte de los concesionarios incómodos del cartel, arrestan y desarman a una parte importante de la red de apoyo al Cártel de Sinaloa para que el Mayo haga lo que sabe hacer mejor: hacerla de Rey Midas y con su dedito vuelve a construir el imperio operativo, nada más que ahora él ya no debería favores, al contrario, los favores se los deberían a él. Es como el industrial promedio mexicano que busca, bajo cualquier pretexto, deshacerse de sus empleados más antiguos con bicocas de indemnización e ingresar nuevos y frescos trabajadores para explotarlos y seguir generando ganancias sin tantos problemas.
- El Vicentillo… bajo la perspectiva del párrafo anterior es probable que en cuanto salga regrese al seno paterno para tomar control del Cartel de Sinaloa, nada más que ahora con contactos renovados con la DEA y con una organización que operaría perfectamente bien aceitada, con nuevas y poderosas lealtades a la orden. Lo único que no cambiaría sería el modus operandi para domar a las bestias corruptas mexicanas correspondientes. Que todo cambie para que nada cambie…
Y bueno, Anabel acaba también de escribir “Emma y las otras señoras del narco”. En lo personal creo que es un libro muy entretenido pero que aporta poco al tema: el que las faranduleras se hayan revolcado o no con los patrones en realidad no dice nada substancial. Big deal, como dirían los gringos. Lo de Emma lo pudo haber incluido en otro escrito. En lo personal creo que Anabel atrae a la madriguera a animales no deseados, más que nada por latosos y loquillos. En Nebraska tienen un dicho que dice más o menos así: Nunca te pelees con los puercos en su chiquero, tú acabarás sucio y enojado y para ellos tan sólo fue un juego. Aunque la Anabel siempre me sorprende. Yo no le di mucho crédito a sus tres primeros libros y miren toda la mata que salió al respecto… Mis respetos para la doña.