¿Dejará Pemex realmente de exportar petróleo en 2023? Si bien la lógica primaria del plan es que las gasolinas, el gas doméstico y otros combustibles dejen de estar sujetos a los vaivenes internacionales y así cuesten menos a los mexicanos, hay muchos otros factores que pueden ocasionar grandes problemas.
Por ahora, la gasolina y el diésel no subieron arriba de la inflación por el estímulo fiscal que redujo las cuotas del IEPS en 59.4 por ciento para la Magna, 31.10 para la Premium y 43.65 en el caso del diésel. Eso ayuda a que no haya una escalada de precios que dispare más la inflación, pero ¿cuánto puede sostenerse una política equivalente a un subsidio?
La deuda de Petróleos Mexicanos es de casi 114 mil millones de dólares, mientras que dejar de exportar significa no tener ingresos en esa moneda. De por sí ese adeudo es considerado altamente riesgoso en los mercados internacionales al punto de que puede afectar todavía más la calificación crediticia de México. Los mercados internacionales y sus inversionistas tendrán todos los argumentos para dejar de fijarse en nuestro país.
Entre los analistas, el consenso general es que la única salida para mejorar el balance financiero de Pemex es una reforma fiscal, es decir que de cualquier manera los mexicanos terminaremos pagando más por la empresa y sus combustibles.
El plan de 10 puntos presentado el martes pasado contempla de hecho que desde 2022 se produzcan 1 millón 944 mil barriles diarios, pero se exporten únicamente 435 mil, luego de que en 2021 se exportaron 1 millón 19 mil.
La baja significa en automático una caída drástica en el ingreso de divisas. Actualmente, las ventas al extranjero representan el 33 por ciento de los ingresos de Pemex y no queda claro con qué serán sustituidos. ¿Es tan simple como afirmar que si el mercado interno consumirá toda la producción petrolera se eliminará el problema y de paso dejará de existir la balanza comercial petrolera negativa? En realidad, no es así.
Revisemos números: De acuerdo con el Inegi, las exportaciones petroleras mexicanas entre enero y noviembre de 2021 sumaron 26,123 millones de dólares, pero las importaciones alcanzaron los 48,566 millones, es decir que nuestra balanza comercial fue deficitaria en 22,443 millones de dólares sin contar diciembre. ¿Se ha ido reduciendo? No. En todo 2019 fue de 21,413 millones y aun en el muy atípico 2020 con todo y el encierro, de 13,924 millones.
Si en 2021 México no hubiera exportado petróleo ni importado sus derivados, la balanza comercial en ese rubro sólo tendría una mejoría de 8.6 por ciento. Es decir, incluso el mejor escenario es negativo. Todavía más, dejar de importar no es una opción al menos en el corto plazo. En los últimos cinco años, por ejemplo, la participación de gas LP importado en el mercado nacional pasó de 38 a 67 por ciento. El sector de la petroquímica también mantendrá un saldo negativo en el futuro inmediato.
Además de los 120 mil trabajadores de Pemex, otras empresas de esa industria en nuestro país generan otros 13 mil empleos directos y hasta 43 mil indirectos. Las decisiones que se tomen tendrán un gran impacto en la economía de todos ellos y en los bolsillos de todos los mexicanos.
México no es integrante directo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, pero sí de la OPEP Plus que agrega a un grupo de 10 naciones. Esa estructura desempeña un papel decisivo en el establecimiento de los precios internacionales del hidrocarburo y la permanencia en ella permite el acceso a planes, estrategias y tendencias en los mercados.
Más aún, da al país acceso a empresas estatales y privadas en todo el planeta con las que es posible realizar negocios importantes en beneficio de nuestra industria nacional.
POR ADRIANA DELGADO RUIZ
@ADRIDELGADORUIZ
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