2022: Los libros de poesía del primer semestre

Libros de poesía que leí en el primer semestre. De todos aparecieron reseñas en Animal Político.

 

– El poeta y la sombra (FCE – Centzontle, 2005) es una antología de la poesía de Enrique González Martínez (Guadalajara, 1871 – 1952), en una selección que realiza el poeta Francisco Hernández.

 

Reúne 58 poesías que recoge de sus libros: Lirismos (1907); Silenter (1909); Los senderos ocultos (1911) Ausencia y canto (1937) y Segundo despertar y otros poemas (1945).

 

De González Martínez, el crítico Pedro Henríquez Ureña dijo que era uno de los “siete dioses mayores de la lírica mexicana”. Lo considera el último de los modernistas y el primero de los posmodernistas.

 

Tocar el cielo (Editorial Lóguez, 1981) obra del sacerdote y poeta Ernesto Cardenal (1925-2020). La primera vez que lo leí fue en Managua, pocos meses después de que se editara en Salamanca, España. Vivíamos de la euforia de la Revolución Sandinista, que había triunfado en 1979, y nos contagiábamos de la posibilidad de construir un mundo distinto y mejor.

 

El libro recoge poesías de Cardenal sobre la revolución nicaragüense y los cambios que en ese tiempo se estaban dando en el país. Hablan de un mundo nuevo que ahora se hacía realidad a través de las acciones del gobierno del que él mismo participaba como ministro de Cultura. El proyecto fracasó y ahora una dictadura gobierna Nicaragua.

 

– Quetzalcóatl (Editorial Nueva Nicaragua, 1985), obra del sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal (1925-2020) es un largo poema épico que recrea la vida del Quetzalcóatl histórico y divino. Narra el exilio de Tula y el inicio de su migración, de su éxodo, que en la obra tiene una carácter simbólico y espiritual.

 

Cardenal fue un gran conocedor de las culturas indígenas de Estados Unidos y de Mesoamérica. Estudioso de sus mitos y de su poesía. La edición es un homenaje por sus sesenta años. El libro es un objeto de arte diseñó de Gian Calvi y María Müller-Koch. Su forma es cuadrada en papel kraft. Tiene ilustraciones que reproducen imágenes de piezas prehispánicas.

 

Epístola a monseñor Casaldáliga (Editorial Nueva Nicaragua, 1985), el sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal (1925-2020) publica esta carta por primera vez en 1977. Es un poema en honor del catalán Pedro Casaldáliga Pla (1928-2020), que fue obispo de la prelatura de Sao Félix, en Brasil, de 1971 a 2005, cuando se tiene que jubilar.

 

Por su trabajo a favor de los campesinos y pueblos indígenas, y su denuncia ante las injusticias de los terratenientes y las empresas de agronegocios, recibió amenazas de muerte y sufrió intentos de asesinato. El marco conceptual que está detrás del análisis que sustenta el texto poético corresponde a una época de historia latinoamericana.

 

– Mariposa: Eternidad de lo efímero (Miguel Ángel Porrúa, 2003) de Mariana Frenk-Westheim (1898, Hamburgo – 2004, Ciudad de México). En 2004 leí por primera vez como un libro de poesía. Ahora que le he vuelto a leer me sigue pareciendo una obra bellísima.

 

En el aeropuerto, cuando terminé de leer el libro en la primera ocasión escribí: “Es un descubrimiento. Es muy hermoso y profundo. Es optimismo, que reconforta. Invita a vivir y a amar”. Es un texto que encierra muchísima sabiduría. Me conmovió y me gustó mucho.

 

Mi compañera Sybille Flaschka Hass, periodista de origen alemán, entrevistó a Mariana en cinco ocasiones al final de los años ochenta y principios de los años noventa del siglo pasado. Ella realizaba una investigación sobre el exilio alemán en México.  Conserva las grabaciones de esas conversaciones. Las pláticas fueron en español. Sybille quedó muy impresionada por su lucidez, su gran cultura y su amor a México.

 

Twitter: @RubenAguilar