Olvídate de la prohibición de fumar en interiores, los impuestos al tabaco increíblemente altos y el empaquetado con imágenes que pueden asustar a varios: Nueva Zelanda está llevando las leyes contra el tabaquismo al siguiente nivel.
El gobierno de Jacinda Ardern no solo quiere reducir drásticamente el número de neozelandeses que fuman, quiere evitar que los jóvenes empiecen a fumar.
Las estrictas nuevas leyes del país significan que cualquier persona nacida después de 2008 (es decir, aproximadamente menor de 14 años) tendrá prohibido comprar cigarrillos durante toda su vida. La edad que debe tener para comprar cigarrillos es actualmente de 18 años en Nueva Zelanda, pero cada año a partir de 2027, ese límite aumentará en un año. La idea es que con el tiempo cada vez menos personas fumen, y la venta de cigarrillos estará completamente prohibida.
El objetivo es reducir la proporción de neozelandeses que fuman al 5 por ciento o menos para 2025. Actualmente es el 11 por ciento, que, aunque no se encuentra entre las tasas de tabaquismo más altas del mundo, tampoco es tan baja. Alrededor de 5.000 personas mueren cada año por enfermedades relacionadas con el tabaco en Nueva Zelanda, un número significativo para un país tan pequeño.
Se espera que las nuevas leyes entren en vigor en 2022. Pero cuando lo hagan, curiosamente, Nueva Zelanda no tendrá las leyes antitabaco más estrictas del mundo. Ese título es para Bután, que en 2004 se convirtió en la primera nación en prohibir la venta de tabaco y prohibir fumar en lugares públicos.