Nuevas restricciones comienzan a asomarse, Ómicron una nueva sepa pretende hacernos regresar a las normativas de hace un par de años.
La economía lucha por recuperarse, pero un nuevo cierre podría frenar todo lo que se ha podido lograr.
Estamos en un momento muy delicado, ¡no podemos bajar la guardia!
Las economías comenzaban a recuperar el contacto social y la actividad, cuando los indicadores volvían a arrojar niveles “normales” y los países comenzaban a recuperar el PIB perdido durante la pandemia, la nueva variante Ómicron ha irrumpido con mucha fuerza en el planeta, extendiendo rápidamente su presencia por más de 63 países.
Una nueva variante, más contagiosa que su predecesora, que pretende poner las cosas aún más difíciles antes de poner punto final a esta crisis que hoy vivimos.
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En el horizonte internacional se ven serios signos de alarma que debemos atender. La nueva variante Ómicron descubierta recientemente en Sudáfrica se está extendiendo con gran velocidad por Europa y otros continentes; ya llegó a México y desde luego a Estados Unidos, y aun cuando expertos epidemiólogos internacionales han informado que si bien se contagia con gran rapidez no tiene la misma letalidad que la variante Delta, no deja de ocasionar grandes problemas que alteran la vida social y productiva de los países.
Reino Unido, Francia, España, Alemania y varios países de distintos puntos del planeta están aplicando desde este momento medidas restrictivas para prohibir concentraciones masivas, festejos, asistencia a bares, teatros, cines, y en general recomiendan no tener grandes reuniones familiares ni festejos navideños como es costumbre en todo el mundo por las fiestas de fin de año.
En México, no sucede eso, se permiten todo tipo de concentraciones y aún no se tiene ningún protocolo de retención o mitigación del mismo.