Existe una gran cantidad de teorías que explican la diferencia en el desarrollo de los países. El entender la razón por la cual unos países prosperan más que otros es esencial para poder tomar decisiones y emprender acciones para salir de la pobreza y logar el éxito económico.
Hay quienes dicen que los países que provienen de una dominación extranjera están condenados al fracaso y pretenden culpar de todos los males al pasado lejano. Si esto fuera cierto, Estados Unidos no sería la primera potencia mundial. También procede de una ocupación, la inglesa. Además, a lo largo de la historia, casi todas las naciones han padecido algún tipo de sometimiento, haya sido romano, macedonio, egipcio o de cualquier otra índole.
Otros afirman que la ubicación del país en el globo terráqueo es un factor importante. Aquellos países localizados más hacia los polos, con climas más fríos, tienden a prosperar más que aquellos ubicados en torno al Ecuador, como los del centro América y de África, donde los calores se vuelven insoportables, afectando la productividad de sus habitantes. Y aunque en general los países ubicados al norte y al sur de los trópicos cuentan con mejores indicadores, existen algunos cercanos al Ecuador con desempeños ejemplares, lo que invalida la regla, como Taiwán, Emiratos Árabes Unidos y Australia.
Otros más sostienen que las extensiones territoriales y la presencia de recursos naturales son factor de éxito. Sin duda tenerlos ayuda, pero si no se utilizan con eficiencia y no se les da valor agregado, no resuelven, como sucede en Venezuela. Por otra parte, países con escasísimos recursos, como Japón y Suiza, han logrado su éxito económico transformando las materias primas de países subdesarrollados y exportando sus productos al mundo, ya sea televisores o relojes, coches o chocolates.
También existen los que asignan un valor relevante a la antigüedad de los países. Tampoco se sostiene la teoría. Hay países muy antiguos, como India y Egipto, que tienen niveles de desarrollo muy similares a países relativamente nuevos, como algunos de Centro y Sudamérica.
Hay incluso quienes culpan del subdesarrollo a las razas, a su herencia genética, afirmando que la capacidad intelectual es diferenciada. Estudios han demostrado la falsedad de esas teorías. La globalización y la migración permanente poco han cambiado el desarrollo de los países.
No, nada de lo anterior es un factor determinante de éxito económico y social en un país. Lo que realmente importa es la fortaleza de sus instituciones. Cuando los mexicanos viajamos a Estados Unidos nos volvemos más respetuosos de las leyes y las reglas, no porque nos convirtamos en mejores personas al cruzar la frontera, sino porque allá existe un mayor respeto al estado de derecho.
Y las instituciones se fortalecen con la actitud de las personas, con los cambios pequeños, con el ejemplo de congruencia, de honradez, de responsabilidad. Si todos comenzamos a cambiar estaremos llevando a México al lugar que todos queremos.