Desde la sala principal del Museo de los Presidentes Coahuilenses tuvo lugar la presentación del altar de muertos dedicado a la memoria de los oriundos del estado que han tenido a bien ocupar la silla presidencial.
Con un aforo de alrededor de 45 personas, la ceremonia dio inicio en punto de las 12:30 horas, contando con la puntualidad y buena disposición de autoridades, invitados y asistentes en general, bajo la conducción de Raúl López Gutiérrez, actual presidente del Patronato del Museo, quien además de brindar una semblanza sobre el origen de esta tradición mexicana, dio la bienvenida al ex diputado federal Carlos Robles, en representación del alcalde Manolo Jiménez Salinas.
También al historiador Arturo Berrueto, a la secretaria de Cultura del Estado, Ana Sofía García Camil, y a los familiares de las personas homenajeadas.
Haciendo gala del icónico altar del Día de Muertos, la ofrenda contó con fotografías de los difuntos, sus alimentos y dulces favoritos, papel picado, calaveritas de azúcar, veladoras y demás elementos tradicionales.
Esto siendo dedicado a los cinco presidentes de México que han nacido en tierras coahuilenses: Melchor Múzquiz, Francisco I. Madero, Roque González, Venustiano Carranza y Eulalio Gutiérrez, así como a Eglantina Gutiérrez Treviño, hija de este último, y quien habiendo fallecido en abril de este año fuera vicepresidenta honoraria del Patronato del Museo de los Presidentes Coahuilenses, al igual que a Manuel Humberto Gil Vara, ex Alcalde de Ramos Arizpe y fundador del Patronato.
Posterior a las palabras de López Gutiérrez, las autoridades cortaron el listón de apertura, y Carlos Robles tomó la voz para ilustrar con elocuencia sus vivencias al lado de Eglantina Gutiérrez y Manuel Gil Vara.
Después, la secretaria García Camil felicitó al equipo del Museo de los Presidentes por la dedicación impregnada al altar de muertos.
Finalmente, López Gutiérrez agradeció la asistencia de los presentes y de los medios de comunicación, haciendo una invitación a recorrer el museo y disfrutar de la implementación de códigos QR para un trayecto más dinámico, exhortándolos también a tomar un pedazo de pan de muerto en recuerdo de tan solemne e ilustre ceremonia.