La historia de la humanidad se ha forjado por mujeres y hombres que han dado en algún momento de su vida lo mejor de sí mismos, transmitiendo sus costumbres, tradiciones y experiencia de generación en generación a sus familias, aportando el conocimiento adquirido en su entorno social, para coadyuvar en la consolidación de la sociedad en el espacio-tiempo que les tocó vivir.
Según instancias gubernamentales, los rangos de edad del ser humano relativas a la tercera edad, se clasifican en cuatro etapas: la prevejez, ubicándose entre los 60 y 64 años de edad; la vejez funcional, que va de los 65 a los 74 años; la vejez plena que se sitúa de los 75 a los 79 años y la vejez avanzada, cuyo comienzo se da a partir de los 80 años. (1)
No obstante la clasificación anterior, las personas mayores enfrentan diversas situaciones de tipo fisiológico que los hace cambiar sus hábitos y estilos de vida, ya que de manera gradual sus capacidades físicas, motrices y de interrelación con su entorno se van minimizando conforme se acumulando más edad.
Cabe mencionar que acciones tan sencillas o simples, que en otra etapa de la vida se llevan a cabo con demasiada facilidad; y hasta rutinariamente como el aseo personal, vestirse y alimentarse, se ven afectados de acuerdo a la etapa de vejez en la que se encuentra el individuo, sin dejar de lado que en ocasiones enfrentan alguna enfermedad crónico-degenerativa.
La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), designó el 1º de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad, a fin de reconocer la contribución de los adultos mayores al desarrollo económico y social, así como resaltar las oportunidades y los retos asociados al envejecimiento demográfico.
Es importante destacar, que la sociedad actual reconozca en los adultos mayores, sea cual fuere la etapa de vejez, en la cual estén transitando, valoren el rol social que han desempeñado los adultos mayores en los diferentes ámbitos de la vida, ya que a pesar de su edad, muchos de ellos destacan como defensores de derechos humanos, y se encuentran activos en diversas actividades, ya que son la representación viva del patrimonio material e inmaterial de la colectividad.
Finalmente se debe mencionar que al arribar a esas edades, los individuos sufren otro tipo de problemáticas relacionadas con su entorno social como discriminación, deficiente atención médica, discapacidades, abandono, pobreza, etcétera. Por lo que, el Día Internacional de las Personas de Edad debe conmemorarse como un reconocimiento de las aportaciones que los adultos mayores han entregado a la sociedad, además es la ocasión propicia para crear conciencia en los jóvenes y nuevas generaciones sobre la importancia de conservar a través de la tradición oral, la experiencia y conocimientos de las personas de edad.
Miguel Ángel Cruz Muciño
Abogado egresado de la Universidad Anáhuac,
Especialista en Derechos Humanos y Derecho Legislativo.
http://www.conbioetica-mexico.salud.gob.mx/descargas/pdf/web_Dia_internacional.pdf