Por: José Alberto González Aguilar
A unos días de que millones de mexicanas y mexicanos regresen a clases debido al imperioso llueve, truene o relampaguee ordenado por el Presidente López Obrador, a quien por cierto creo que le molesta mucho que su hijo esté en casa, juegue videojuegos y no le haga caso, o así lo hace sentir con tantas declaraciones sobre ese tema.
Pero hablando en serio sí es que se puede tomar en serio algo que haga este Gobierno Federal en esta sensible y riesgosa materia, es menester señalar que a este regreso no se le ven ni pies ni cabeza, no se ve ni por donde se pueda dar un regreso, menos uno que sea seguro.
Se planea un regreso en el peor momento epidemiológico de nuestro país, en esta semana se han rebasado los máximos contagios por día; y así queremos regresar, yo creo que no, y deberíamos esperar a que exista una tendencia a la baja en los ritmos de contagio, ya que de hacerlo ahora mismo estamos en riesgo de diseminar aún más la pandemia.
La Secretaria de Educación del Gobierno Federal que ha brillado por su ausencia, por fin dio a conocer un protocolo para el regreso seguro, mismo que es un decálogo de buenas intenciones y está plagado de inconsistencias, por ejemplo no trae estrategias de ventilación regionales de las aulas, no es lo mismo el calor de Mexicali que las condiciones en CDMX o Quintana Roo, este documento tampoco habla de la capacitación de profesores y alumnos sobre como será la convivencia en el aula y en áreas comunes; se comerá en el aula, se convivirá sin cubrebocas en espacios abiertos, es decir estamos en la presencia de un problema más de esos que se crean para que la distracción sea la política pública del actual gobierno.
Para este regreso, se deben crear planes específicos y se debe tomar en cuenta la voz de autoridades estatales, municipales, padres de familia, autoridades escolares y por supuesto de los alumnos, es decir debe existir un esfuerzo coordinado para estar en condiciones de regresar, sin embargo una vez más la improvisación y el autoritarismo federal aparecen en escena, y difiero con lo dicho por el Presidente López en lo tocante a que se deben de correr riesgos y asumir consecuencias, en estos momentos poner en riesgo a la población sin la planeación adecuada es un acto de irresponsabilidad.
Por último, ver la carta donde los padres de familia renuncian a reclamar algo al gobierno, y asumen una responsabilidad que no les toca, es un hecho que pone de manifiesto la nula planeación sobre este riesgoso regreso, esto desnuda la fragilidad de este tiempo y nos pone de manifiesto que lo único realmente importante es complacer los gustos y dichos que salen del pulpito mañanero, sin importar los riesgos controlados o no, que esto implique.
Por cierto, ojalá el Gobierno Federal corrija una infografía publicada a razón de este regreso y escrita con alta estulticia donde aseveran que no hay evidencias de epidemia por COVID-19 en menores de edad, esto es falso y daña la tan mermada credibilidad del Gobierno de México en esta pandemia.
El punto fino es: Sí los jóvenes han respondido al llamado a la vacunación, porque el Gobierno no extiende este plan a los más jóvenes, háganlo como un acto de responsabilidad caramba, la sociedad está respondiendo pero este gobierno una vez más en vez de estar a la altura y hacer su trabajo, sigue lucrando con este tan sensible tema.