Es de al menos 35 muertos y decenas de heridos el saldo de un atentado suicida que golpeó ayer por la tarde un mercado concurrido de la Ciudad de al-Sadr, un suburbio de Bagdad, en vísperas de la fiesta musulmana del Eid al-Adha.
Según informan fuentes de seguridad y hospitalarias, al menos 60 personas quedaron envueltas en la explosión. Varios heridos se encuentran en estado crítico y luchan por su vida.
El Estado Islámico (EI, anteriormente ISIS) reivindicó el atentado en un comunicado publicado en su agencia Nasheer y retransmitido a través de Telegram. Al parecer, un miliciano hizo estallar un cinturón de explosivos tras mezclarse con la multitud en el mercado de Al Wuhailat, muy concurrido en el momento del atentado por las compras nocturnas del periodo festivo.
Testigos presenciales afirman que entre las víctimas hay mujeres y niños y que varios comercios terminaron en llamas.
Se trata del ataque más sangriento de los últimos seis meses en Bagdad. En el pasado, los atentados solían producirse casi a diario, pero disminuyeron a partir de 2017 tras la derrota militar a manos del ejército iraquí y las fuerzas estadounidenses, que marcó el fin del proyecto de un califato islámico en la región.
En las horas posteriores a la explosión, el primer ministro Mustafa al-Kadhimi presidió una reunión urgente con altos mandos de seguridad y otros cuadros militares. También habría ordenado la detención del comandante de la policía federal, responsable de la seguridad en la zona donde se produjo el atentado.
El presidente Barham Salih publicó un mensaje en las redes sociales en el que se refirió al “terrible crimen” contra civiles “en vísperas del Eid”. “No nos detendremos hasta erradicar el terrorismo de raíz”.
En abril, en la misma ciudad de al-Sadr, el Isis ya había perpetrado un atentado con un coche bomba en un mercado local, matando a cuatro personas. El barrio, de amplia mayoría chií, es uno de los principales blancos del movimiento yihadista suní. El grupo permanece activo en Asia y África, donde despliega atentados y actos de violencia sangrientos.