A un mes de los comicios más importantes, en número de votantes y cargos públicos, en México, ha quedado probado que las encuestas, aunque algunas veces útiles, nunca tienen la última palabra de manera definitiva.
La forma de hacer política actualmente ya no es tan cierta, y la movilidad en la intención del electorado puede variar de un día para otro, en algunos casos de forma decisiva para las victorias y para las derrotas respectivamente.
Pero también resulta importante señalar que las y los políticos, emplean y manipulan las encuestas con la intención de inducir el voto, intentando engañar al electorado para obtener mayor aprobación. No es sorprendente que el electorado tienda a votar por el candidato puntero en las encuestas, como una forma de sentirse identificados con los demás votantes. Se trata de una especie de lealtad de rebaño que a veces solo se trata de una trampa, de mentiras, para acabar pronto.
Comprendiendo este fenómeno, es evidente que los aspirantes a cargos públicos financien encuestas que por arte de magia les den la tan ansiada ventaja, y que esta manipulación de encuestas termine posicionándolos como los elegidos.
Es el caso de, por ejemplo, la Senadora por Quintana Roo, Marybel Villegas, quien, en 2018, gana en su distrito por el efecto López Obrador y que ahora mágicamente se convierte de acuerdo con una encuesta, al parecer poco seria, como la candidata mejor colocada entre los aspirantes a gobernar en el estado de Quintana Roo.
Sin denostar el trabajo de los diarios “independientes” es claro que las encuestas por internet no pueden ser una referencia muy confiable, y tampoco nos pueden dar suficiente información de como se respira en las calles de los Estados y municipios.
No tengo tan claro que el trabajo de calle que tiene por ejemplo Mara Lezama en Cancún tenga menos impacto que el de la Senadora antes mencionada. Para mí, es evidente que quien gobierna siempre tendrá una mayor visibilidad y, por tanto, como lo dije previamente en esta misma columna, la aspirante a vencer será sin duda Mara Lezama, aunque ella esté más preocupada por su municipio, que es lo que tiene que hacer, me queda claro que será la candidata natural de MORENA por posicionamiento y buen trabajo.
Yo solo espero que en este juego de números y manipulaciones de diarios, guerra de “noticias” o intenciones de desprestigio, por lo menos las empresas encuestadoras no permitan que les compren sus encuestas, solo por dinero, sino que hagan un trabajo objetivo y profesional, que terminaría beneficiando a la democracia mexicana.