Yoshihide Suga, primer ministro japonés, decidió este jueves volver a declarar el estado de emergencia en el área de Tokio, una alerta que estará vigente hasta el 22 de agosto y que coincidirá con la celebración de los Juegos Olímpicos.
El estado de emergencia entrará en vigor el lunes 12 de julio para frenar el aumento de casos de covid-19 en la capital, dijo Suga tras reunirse con el comité gubernamental que gestiona la pandemia, aunque en la práctica la medida no supondrá mucho cambio con la situación actual, al margen de un endurecimiento de restricciones para los comercios.
El país asiático decidió, asimismo, prolongar dicho nivel de alerta en la región de Okinawa (sudoeste), donde ya se encontraba activa, y mantener ciertas restricciones en las prefecturas de Chiba, Saitama y Kanagawa, colindantes con Tokio y donde también se disputarán competiciones de los Juegos.
Por lo que Tokio parece encaminarse a organizar unos Juegos Olímpicos en gran parte sin espectadores, ya que una nueva oleada del COVID-19 provocó un nuevo estado de emergencia y asestó otro golpe a un evento que alguna vez se consideró como prueba de que el mundo ha derrotado la pandemia.
Se espera que los fanáticos sean excluidos de todos los eventos en Tokio y las áreas circundantes, dijo el periódico Asahi, citando a funcionarios no identificados, justo cuando el gobierno anunció que colocaría a la ciudad en estado de emergencia.
El jefe del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, aterrizó en Tokio este jueves y tenía previsto reunirse con los organizadores y representantes del Gobierno japonés para tomar la decisión oficial.
El regreso al estado de emergencia representa un revés político para el primer ministro Yoshihide Suga, quien se ha resistido a cancelar los juegos a pesar de la oposición de gran parte del público japonés.