Los traficantes al rededor del mundo están utilizando el internet como un medio para identificar y reclutar a sus víctimas, México, no es la excepción.
Las víctimas de trata en el país van desde niñas y niños hasta hombres y mujeres adultos tanto nacionales como provenientes de Centroamérica. Estos son obligados a explotación sexual, trabajos forzados o delincuencia forzada.
Los grupos con mayor riesgo de trata son niños migrantes no acompañados, personas indígenas, personas con discapacidades mentales y físicas, solicitantes de asilo y migrantes, desplazados internos, personas LGBTQI +, trabajadores del sector informal y niños en territorios controlados por grupos criminales.
Los estados como: Veracruz, Tlaxcala y Guerrero tienen una alta prevalencia de trata, pero las autoridades de estos estados no condenaron a ningún traficante en el 2020. Mientras tanto la Ciudad de México, el Estado de México, Baja California y Nuevo León realizaron más de la mitad de todas las investigaciones en 2020, en contraste con Campeche y Colima que no investigaron ningún caso sospechoso.
Las leyes y políticas nacionales e internacionales contra el tráfico de personas resultan insuficientes para detener ese delito, particularmente cuando se extiende de los medios convencionales al espacio virtual.
El papel que los medios digitales juega en esos reclutamientos, ha sido fundamental primordialmente durante el periodo de confinamiento debido a la pandemia cuando los traficantes no han podido llegar hasta sus posibles presas con sus métodos tradicionales, que implican un contacto más directo y personal.
La pandemia ha revelado la urgencia de analizar el uso de la tecnología digital en la trata y de cómo aprovecharla para combatir el delito, de acuerdo con el informe “Trata de Personas, México 2019-2020” del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, durante la contingencia sanitaria, en 22 por ciento de los casos la vía utilizada por delincuentes para enganchar a sus víctimas fueron las redes sociales, cuando un año antes, en 2019, era menos de 10 por ciento.
Durante este periodo de pandemia el uso de las redes sociales, en particular Facebook para reclutar a las víctimas prácticamente se duplicó, aunque también se ha identificado en salas de juego y chats virtuales a menores de hasta siete años, que son buscados para pornografía infantil.
El modus operandi de los tratantes es principalmente prometer una mejor calidad de vida a través de un empleo u oferta fuera de lo común. También está el característico y típico enamoramiento, “que es la propuesta que conmigo vas a tener lo que nunca has tenido, yo te voy a dar, proteger y te voy a dar oportunidades”, pero después son explotadas sexualmente.
El verdadero reto para combatir estos crímenes, es redoblar acciones de la Policía Cibernética y campañas informativas, pues hay una cifra negra estimada en 98 por ciento para ese delito, pues muy pocas personas que son víctimas de trata lo saben.