Causa rabia ver la tremenda mezquindad con que se conduce el Subsecretario de Salud de este país, enoja su postura frente a los medios como su manera tan ruin de referirse a temas tan sensibles y que nos conduelen a todos, como son los niños con cáncer y el viacrucis que pasan a diario sus familias, o que decir de la estulticia con que se ha conducido el ultimo año durante la pandemia de COVID-19 que nos ha golpeado a todos. Este individuo personifica al caos y deseo que el destino le tenga guardado un lugar en donde pague las consecuencias de sus actos y por supuesto no quede impune ninguna de sus conductas anómalas y lastimosas.
Pero dicen por ahí, no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre, y bueno el compadre y protector de las mentiras gatelianas tiene nombre y apellido y no canta tan mal las rancheras en eso de decir tonterías, todos lo conocemos, y no se ustedes, pero yo ya me estoy hartando de tanta ocurrencia que tiene tintes y olores a distracción ante la falta de resultados.
Generar clima de linchamiento, distraer la atención y ganar oxígeno es lo que hace a diario el Presidente López Obrador, quien ayer rindió un Informe más de nada, de nuevo se nos presentó un monólogo lleno de odio y defensas contra los molinos de viento contra los que pelea todos los días, y eso lo hace para evitar hablar de los temas que realmente importan.
A tres años de que ganó las elecciones, AMLO no tiene nada que presumir ni blasones que lucir, en México se vive una inseguridad rampante, con índices de brutalidad no antes vistos, con masacres en diversos territorios del país que lucen ingobernables, con zonas controladas por los delincuentes que hoy se sienten intocables, y con la sombra de la intervención del narcotráfico y grupos delincuenciales en las pasadas elecciones, con una corrupción solapada e incentivada desde la casa presidencial, con feminicidios que siguen al alza y con respuestas y soluciones que no llegan, así llego a informar este 1º. de Julio el Presidente, haciendo lo que mejor sabe, mentir, con un discurso vacío y plano donde omitió hablar de la crisis brutal en la economía, y de una inversión que brilla por su ausencia, mención especial merece el doloroso desabasto de medicinas que golpean a los más desprotegidos de este México que sigue peleando y que no se dejará vencer por la improvisación y los yerros tan cotidianos y ese hacer de la distracción, improvisación y división, la política pública de moda.
Pregone con el ejemplo Presidente, rinda cuentas, pero reales, hable de lo que realmente está pasando, este país se puede caer a pedazos, urge que atienda a la población y sus necesidades, que combata al crimen y genere empleos; por cierto, ya no le admitimos excusas del pasado, y por favor deje de polarizar y póngase a gobernar, pero ya.
El punto fino es: El país sin rumbo y el capitán al borde de la locura, pero en otra esquina la oposición luce extraviada, en especial veo un PRI que sigue haciéndole el juego al gobierno federal; estoy en contra de la violencia y de lo que está provoca, pero en contra también estoy de la displicencia y sumisión de dirigentes que velan más por sus intereses y no de los del partido y sus militantes. Autocritica y rendición de cuentas serían muy necesarias.