Los nuevos casos de COVID-19 están disminuyendo en la mayor parte de Estados Unidos, incluso en entidades con poblaciones que aún dudan en vacunarse.
Pero casi todos los estados donde esa tendencia se está revirtiendo tienen tasas de inoculación por debajo del promedio, por lo que los expertos advierten que este respiro en la pandemia podría ser fugaz en regiones donde hay pocas personas vacunadas.
El total nacional de casos se redujo en una semana de un promedio de siete días de casi 21.000 contagios el 29 de mayo a 14.315 el sábado, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Desde hace semanas, estados y ciudades han levantado algunas de las restricciones y los requerimientos para el uso de mascarillas, incluso en espacios cerrados.
Los expertos aseguran que algunos estados registran mayores niveles de inmunidad debido a que tuvieron elevados índices de contagio natural de la enfermedad, que hasta el momento ha cobrado la vida de casi 600.000 estadounidenses.
En Mississippi, más 7.300 personas murieron a causa de la enfermedad, y el estado tiene el sexto mayor índice de decesos per cápita en el país.
Dobbs calcula que aproximadamente el 60% de los residentes del estado tienen “algo de inmunidad subyacente”.
“Así que ahora como que estamos viendo ese efecto, porque tenemos una combinación de inmunidad natural y la inducida por la vacuna”, declaró el funcionario.