El proyecto de renovación de la Acrópolis de Atenas, la cual forma parte del patrimonio mundial de la Unesco, está generando numerosas críticas y el gobierno griego es acusado de deteriorar una herencia de un inmenso valor.
El objeto principal de esta polémica es una rampa de hormigón inaugurada en diciembre como parte de una renovación para acoger a millones de visitantes cada año, incluidas personas con discapacidad.
El arquitecto Tasos Tanoulas, miembro del antiguo equipo de restauración de la Acrópolis, calificó remodelación de incongruente para este monumento del siglo V a.C., mientras que el principal líder de la oposición, Alexis Tsipras, habló de maltrato al lugar arqueológico más famoso de Grecia.
Las obras terminaron hace poco más de un año y sus detractores dicen que se hicieron sin el cuidado necesario para salvaguardar el monumento. El gobierno dice que se tomaron todas las precauciones y que las críticas están alimentadas por la oposición.
El Ministerio de Cultura anunció esta semana habrá nuevos dispositivos en la Acrópolis para los visitantes con discapacidad, resultado según se dijo, de conversaciones con las principales asociaciones de este colectivo.
Se instalarán señales en braille para los visitantes con problemas de visión, así como barandillas y señalización para el acceso en pendiente. Pero los riesgos permanecen.
El día que AFP visitó la Acrópolis, una mujer tropezó en un agujero en medio de la nueva pasarela, uno de los muchos huecos diseñados a propósito para que se pueda ver la antigua roca que hay debajo.
La renovación de la Acrópolis, que ha costado unos mil 500 millones de euros (mil 820 millones de dólares) e incluye iluminación nocturna, un ascensor para discapacitados y un mejor drenaje, fue financiada por la fundación privada Onassis.
Incluso la Unesco se enteró de las “intervenciones” en la Acrópolis por “terceros”, dijo a la AFP Mechtild Rossler, directora del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Como firmante de la Convención del Patrimonio Mundialde la Unesco, Grecia debe avisar “antes de tomar cualquier decisión que sea difícil de revertir”, añadió.
Lina Mendoni asegura que no había obligación de informar a la Unesco sobre estos cambios.
Según las autoridades, la renovación era necesaria porque los senderos que rodean la Acrópolis, diseñados hace 50 años y remodelados por última vez en 2012, provocaban cientos de accidentes cada año.