- La inversión en bonos verdes, títulos de deuda para financiar proyectos que generen beneficios ambientales se multiplicó por ocho en los últimos cinco años en la región.
Las inversiones verdes experimentan un vertiginoso repunte en Latinoamérica, donde se teme que al impacto económico de la pandemia se sume el de la crisis climática y devaste a la región más biodiversa pero también una de las más vulnerables del mundo, señalan expertos en vísperas del Día del Medio Ambiente.
La inversión en bonos verdes, títulos de deuda que se emiten para financiar proyectos que generen beneficios ambientales o contra el cambio climático, se multiplicó por ocho en los últimos cinco años en la región, con un alza más acelerada entre el 2020 y 2021, en plena pandemia, apunta el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“En el último año hemos visto un aumento sustancial en los bonos temáticos (proyectos verdes o sociales) en América Latina y el Caribe con un volumen de 12,500 mdd en el 2020 y 8,000 mdd para bonos verdes en el 2021”, detalla Juan Antonio Ketterer, jefe de la División de Conectividad, Mercados y Finanzas del BID.
Futuro de una región biodiversa y vulnerable
Diversos organismos destacan el gran potencial de América Latina y el Caribe para las inversiones sostenibles, al contar con la mayor reserva de biodiversidad del mundo, una matriz amplia de energía limpia y brechas que cubrir en infraestructura resiliente al clima.
“Nos estamos dando cuenta de lo poderosa que es Latinoamérica. Temas como el de la explotación petrolera en la Amazonía, por ejemplo, llevan a que las compañías tengan la convicción de que tienen que ser líderes en sostenibilidad en el mundo”, explicó Jorge Valderrama, country manager del banco BNP Paribas en Colombia.
Pero, además del potencial, hay una necesidad urgente de esa inversión dada la alta vulnerabilidad ante desastres naturales, especialmente en Centroamérica y el Caribe.
Debido al riesgo, se estima que esta región requerirá al menos 50,000 millones de dólares (mdd) anuales para abordar eventos vinculados con el cambio climático, como huracanes, inundaciones, incendios forestales y sequías, y necesita inversiones anuales adicionales de 150,000 mdd para acciones de mitigación, según el BID.
“Sin duda, las complicaciones climáticas y los augurios sobre las dificultades en ese campo son un factor para la formulación de proyectos que mitiguen este tema”, sostuvo Giorgio Trettenero Castro, secretario general de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).
Brasil, Chile y México, líderes
América Latina y el Caribe sufrió a causa de la pandemia su mayor contracción económica -cayó 8% en el 2020-, lo que implicó una disminución de inversiones, pérdidas de ingresos y un grave impacto en los niveles de deuda y temas fiscales.
Afrontar esa situación, concuerdan los expertos consultados, requiere de una recuperación sostenible, con un incremento de inversiones en infraestructura verde y resiliente.
Por ahora, la región representa solo el 2% del mercado global de bonos verdes, con “Brasil, Chile, y México emitiendo el 85% de esos instrumentos hasta la fecha, lo que ofrece una gran oportunidad para las inversiones”, señala el directivo del BID, al mencionar que los sectores implicados abarcan desde agricultura, alimentación, bosques, energía, hasta saneamiento y transporte.
En Latinoamérica, la energía es en este momento el sector más financiado de esa forma, con la mitad de las asignaciones de los bonos verdes a proyectos de energías renovables, especialmente eólicos y solares.
Mientras que los de edificaciones y agua, dos de los más financiados a nivel mundial, están entre los más bajos en América Latina y el Caribe, con el 4% cada uno, de acuerdo con la organización Climate Bond Initiative.
Inversión sostenible, asunto de ‘supervivencia‘
Para el secretario general de Felaban, el creciente interés de empresas públicas y privadas y de la misma banca radica no solo en la rentabilidad, sino en la reputación, por lo que los “inversionistas más exigentes eligen esta opción para financiar proyectos con viabilidad operativa y rentabilidad financiera”.
Algo en lo que coincide Valderrama, quien considera que “la inversión sustentable está aquí para quedarse”.
“Si una compañía dentro de unos años quiere obtener financiación, dependiendo del sector en el que esté, va a tener que incorporar esos criterios verdes o sociales en sus políticas para tener acceso a capital. Es un tema de supervivencia”, agregó el directivo de Paribas, entidad europea que recibió el mes pasado el premio de la revista británica The Banker por la emisión de bonos sostenibles para Mercado Libre.
Este 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, centrado, precisamente, en la inversión en la restauración de los ecosistemas.
Según la ONU, “por cada dólar invertido en restauración, se pueden esperar al menos entre siete y treinta dólares en ganancias para la sociedad”.