En el marco de la conferencia Retos y Desafíos de la Justicia Electoral para el fortalecimiento de un Estado Democrático, José Luis Vargas Valdés, magistrado presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), resaltó que los avances que se tienen en México como sistema electoral y democrático deben ser valorados y reconocidos.
Ante miembros de la Asociación Nacional de Magistradas y Magistrados Electorales (AMMEL), mencionó que en materia electoral, México es reconocido a nivel mundial como una potencia por la calidad democrática de sus instituciones.
“Ante ciertos arrebatos que hoy se presentan en torno a que si el sistema es costoso, no es eficiente o si no es lo que algunos actores políticos desean, tenemos que ponderar las tres décadas de democracia en nuestro país, porque, insisto, hemos dado un ejemplo a nivel mundial de nuestra calidad democrática”.
En el país se han eliminado muchos de los vicios que aquejan a la democracia. En este sentido, comentó que de acuerdo con informes de organizaciones internacionales, alrededor de 80 países decidieron posponer elecciones nacionales debido a la pandemia que se enfrenta en todo el mundo. Sin embargo, dijo que el hecho de que en México se enfrentaron las complicaciones para realizar el proceso electoral, demuestra que está preparado para los retos democráticos.
Además, existen 95 millones de personas inscritas en el padrón electoral que pueden acudir a las urnas a emitir su voto para elegir a sus gobernantes; lo cual, representa mayores retos que se tendrán que atender previo a la jornada electoral y posterior a la misma, destacó magistrado presidente
En este contexto mencionó que el deber fundamental de los juzgadores electorales es hacer valer el Estado de Derecho y las garantías que tienen los ciudadanos para tutelar sus derechos político electorales y que prevalezca la voluntad popular
De este modo hizo un llamado a los juzgadores electorales a mantener la prudencia para abstenerse de todas aquellas cuestiones que tienen que ver con un ambiente cargado de toxicidad política que busca llevar a los árbitros al papel de actores políticos.
“En momentos tan álgidos y convulsionados como los que se viven actualmente, los juzgadores debemos ser terriblemente prudentes y moderados para no caer en ese juego, sobre todo cuando prevalece un escenario donde está polarizado el ambiente en el que no se aceptan opiniones intermedias que no están a favor o en contra de alguien o de algo”.
Para terminar hizo énfasis en que los juzgadores deben hacer valer la Constitución y respetar las reglas del juego.
