La amistad, una especie de sentimiento-valor que es altamente apreciada entre los mamíferos, ya sea inter o intra especie. Como neoliberal racional de izquierda me resulta difícil entender o explicar lo que es la amistad. Simplemente la disfruto. Y mucho. Tanto a nivel inter especie (amigos, amigas, amigues), o intra especie (perros, gatos, pericos, chimpancés).
Alguna vez le puse a uno de mis pericos el nombre de Jonás. Ese perico fue uno de los más queridos de la familia. Era brillante, ocurrente, chistoso y muy cariñoso. Cuando murió, la familia entera entró en luto. En realidad lo queríamos mucho. Años después de la muerte de Jonás, le platiqué a mi amigo Jonás que le habíamos puesto Jonás al perico. Mi amigo Jonás, para mi sorpresa, se ofendió y se enojó. Nomás no le pareció que le pusiéramos Jonás a Jonás. Yo le argumenté que era todo un honor y un privilegio haberle puesto su nombre al perico… pues no, simplemente no le cuadró. Yo hasta le argumenté que él de que se quejaba, ya que su verdadero nombre no era Jonás, que ése era su apodo. Pues tampoco. Desde aquí le digo a mi amigo Jonás: en pos de nuestra gran amistad, lamento mucho que se haya ofendido, pero Jonás te llamas y Jonás te mueres, apodo o no, perico o no.
Hay un sinfín de tipos de amistad.
Está la amistad entre los pueblos, que quién sabe a qué se refieren los que la invocan.
Está la amistad entre las religiones. Misma que es muy rara, ya que cada religión es muy celosa de su membresía denostando a las otras religiones. Pero todavía uno puede hallar religiosos y feligreses que entablan una verdadera amistad con miembros de otras religiones, lo cual es admirable.
Está la amistad con derechos. Ésa es una amistad muy interesante, que generalmente dura muy poco. Pero es muy intensa mientras dura.
Está la amistad entre esposos, esposas y esposes. Esa amistad es generalmente muy sincera y honesta. En realidad es la base de la unión entre dos seres humanos. Sin esa amistad, las relaciones a largo plazo no existen y las crisis de pareja difícilmente se superan.
Está la amistad entre niñ@s chiquit@s, misma que es maravillosa, por pura, abierta, sincera y creativa. Cuando el humano crece, generalmente se olvida de los amigos de la niñez, pero el modelo de conducta se almacena en el subconsciente y se convierte en uno de los pilares de referencia básicos en el desarrollo de nuestra vida amistosa y plena en el futuro.
Está la amistad de padres e hij@s. Los lazos amistosos más fuertes, que generalmente se desenvuelven de manera reforzada entre madre e hijo(s) o entre padre e hija(s). Uno verá a los miembros del sexo opuesto en el futuro dependiendo de la relación de amistad con la mamá o el papá de uno. Los valores y el sistema de creencias son transmitidos directamente de padres a hij@s, para bien o para mal o para regular: la tolerancia, el racismo, la lealtad, el optimismo, el pesimismo, el odio, el amor, la justicia, la injusticia, etc. El concepto mismo de la amistad se transmite así.
Están las amistades entre miembros del crimen organizado. Mismas que son profundamente inestables. Hoy somos súper cuates, mañana te desaparezco. Y es que, como casi todas las amistades, éstas dependen directamente del tipo de mercado en el que se desarrollen. El mercado del crimen organizado es muy inestable. Las cantidades de dinero que se manejan, a cualquier nivel, superan las expectativas de cualquiera que participe, de ahí que la amistad sea tan sólo un disfraz mal hecho, que no encaja a la medida de nadie. Aquí más bien se aplica el principio de las alianzas mientras nos convenga y muchas veces ni eso. De ahí que los capos prefieran a la familia propia para construir sus imperios. En la familia todo mundo está amarrado en el mismo barco, nadie se raja y difícilmente hay traiciones, aunque entre más lejano resulten los primos, más desconfianza se genera. Y aún así las cosas pueden salir mal.
También están las amistades que le cuestan al contribuyente… Y éstas generalmente se desenvuelven en el terreno político. Las formas más comunes que toman son alianzas y complicidades. Las alianzas duran poco, la política, al igual que el crimen organizado, no conoce el largo plazo en términos de alianzas. Al menos no como antes. La complicidad es mucho más estable. Hacemos esto chueco y los dos nos callamos y ganamos un buen de billete corrupto y seguramente impune. En un descuido empieza a germinar una buena amistad entre estas partes criminales, hasta que cachan a alguien y una parte culpa a la otra, etc.
¿Asignamos directamente sin licitación lo que deberíamos asignar por licitación? ¡Claro! Siempre y cuando mi cuate gane el no-concurso. Así ganamos los dos.
¿Nombramos candidata suplente a la hija de mi cuate, aunque no dé el ancho curricular para el puesto? ¡Claro! Digo, incluso si nuestro partido ladra, no hay problema, para eso están ahí, para aguantar vara ante los inevitables arreglos cupulares.
¿Sabadazos, Culiacanazos, Huachicolazos? ¡Claro! Siempre el cuate de alguien se verá beneficiado con estos aquelarres, aunque aquí la amistad se mide en dólares o a balazos… y muchos abrazos en las fiestas exclusivas para los puros cuates.
¿Embajador@s y cónsules chafatronix, sin saber lo que van a hacer, sin experiencia y sin currículum? ¡Claro! Al cabo que la Secretaría de Relaciones Exteriores siempre ha sido usada para esos desajustes y al que no le parezca, pues ya sabe a dónde irse mucho. Amistad mata diplomacia.
¿Políticos, policías, militares, jueces, gobernadores y capos, todos entrándole parejo a la amistad amiga? ¡Claro! Pus ni modo que no, ni que fueran de piedra. Pero eso no creo que pase en México.
En fin, podemos ser un país del tercer mundo rumbo al cuarto. Se nos caerán los puentes recién construidos y las líneas del metro. Podemos ser el cuarto lugar mundial en número de muertes por el Covid 19 y decir que todo va muy bien. Podemos, podemos y podemos… pero lo cuate no nos lo quita nadie. Mucho menos los odiosos aquéllos que entienden lo que leen.
