Los seres humanos de todo el mundo están consumiendo muchos más recursos naturales de los que nuestro planeta puede seguir manteniendo. Esto condena a la mayoría de las personas a la pobreza ecológica, según una nueva investigación publicada en Nature Sustainability.
Un equipo internacional de investigadores intentó poner un número a nuestro déficit de recursos naturales para el año 2017. Encontraron que la población mundial había gastado el 173% de la biocapacidad total del mundo ese año. Esto es un aumento en relación a 1980, cuando la humanidad estaba utilizando solo el 119% de la biocapacidad mundial.
Gran parte del aumento de la demanda desde entonces ha sido impulsado por las naciones más ricas. Éstas requieren niveles de vida cada vez más altos, incluso teniendo que comprar recursos de otros lugares. Paralelamente, casi tres cuartas partes de todas las personas viven en países con ingresos inferiores al promedio y escasez de recursos naturales.
Disparidad entre países
Al dividir los países en 4 categorías, según su producto interno bruto (PIB) per cápita y su déficit ecológico local, el equipo ilustró un cambio insostenible en la demanda de recursos. Por eso, requerimos mejorar rápidamente la seguridad de los recursos, a través de la conservación y restauración, recortes de combustibles fósiles, desarrollo sostenible y mejores patrones de consumo.
En el año 1980, el 57% de la población mundial vivía en un país con la “doble maldición”. Para los científicos, este término hace referencia a naciones con ingreso por debajo del promedio y un déficit de recursos biológicos. En 2017, ese número había aumentado al 72%.
Por otro lado, los países de ingresos más altos con déficit de recursos representan solo el 14% de la población mundial. No obstante, esta minoría exige un asombroso 52% de la biocapacidad del planeta. Suiza y Singapur, por ejemplo, están protegidas de la inseguridad de los recursos porque tienen el dinero para comprar lo que necesitan en otros lugares.
Carrera desigual
Los investigadores creen que no deberíamos utilizar más de la mitad de la capacidad de los recursos planetarios para vivir de una manera verdaderamente sostenible. Y, si todos en el mundo vivieran como los que viven en países de ingresos altos y recursos bajos, como Suiza, necesitaríamos aproximadamente 3,67 planetas Tierra para satisfacer la demanda mundial.
Si los patrones de desarrollo de estos territorios no son replicables, solo hay una forma para que estas entidades eviten su propia desaparición. Deben estar seguras de que pueden superar financieramente a todos los demás en el planeta con el fin de asegurar siempre su consumo de recursos.
Requerir una estrategia de este tipo para tener éxito es precario para las regiones en cualquier nivel de ingresos. Pero es especialmente peligroso para las regiones de menores ingresos, que tienen la capacidad de competir por recursos al mismo nivel. Sin la ayuda de las naciones más ricas, estas naciones realmente no pueden hacer mucho.
De hecho, los científicos sostienen que los países de ingresos más bajos se enfrentan actualmente a un problema. Continuar con el status quo empeorará su actual crisis de recursos. De igual forma, hacer cambios rápidos en el consumo de recursos humanos costará demasiado dinero.
Resiliencia climática
Es más, debido a que las naciones más ricas consumen muchos más recursos de los que son absolutamente necesarios para vivir, tienen mucho más margen de maniobra frente a futuros desastres.
En una recesión económica, por ejemplo, una pérdida de recursos no es tan catastrófica para España como lo sería para Níger o Kenia. En estas dos últimas naciones, una pérdida tan rápida podría erosionar la seguridad alimentaria y energética de muchas más personas, poniendo en riesgo sus vidas.