La nueva normalidad es digital

Hace unos meses platicaba con un amigo acerca de cómo la llegada del Covid había modificado hábitos y comportamientos e incluso había complicado la forma de hacer negocio de muchas empresas, a su vez, comentamos que en cierto sentido se sentía una suerte de nostalgia o deseo de volver al tipo de vida pre-Covid, a lo que él respondió que eso era simplemente imposible; los tiempos habían cambiado y había que evolucionar, adaptarse.

Esa suerte de sentencia se me quedó grabada y a partir de ahí he reflexionado mucho acerca de la reconfiguración de la economía a partir de la pandemia y cómo la tecnología está sirviendo de salvavidas en muchos sentidos.

Desde hace casi una década, la irrupción de lo digital ha ido ganando espacios en prácticamente todos los ámbitos de la vida. La llegada del Covid aceleró la transición digital y ha obligado a casi todas las empresas, muchas de ellas renuentes o escépticas con la tecnología, a incorporar herramientas digitales en su operación; home office, explosión del comercio digital, clases en línea, conciertos y obras de teatro vía streaming sin contar lo fundamental que ha sido la tecnología para el rastreo de infecciones por Covid y para la vacuna misma.

El futuro nos alcanzó y nuestra nueva realidad tiene mucho que ofrecer. Lejos de lamentos o sentimientos nostálgicos por el pasado que se nos fue, creo que esta nueva etapa de predominio de la inteligencia artificial debe percibirse como un escenario de oportunidades que contribuyan al desarrollo y recuperación económicas y sociales, tan necesarios después de esta crisis que ha evidenciado con más fuerza que nunca las carencias de nuestra estructura política, social y financiera.

La tecnología ha brindado respuestas y salidas, algunas de ellas perfectibles claro, a la crisis a la que nos arrojó la pandemia: si los restaurantes tenían que cerrar, el servicio a domicilio fue la tabla de salvación de muchos; el aumento del comercio en línea benefició a muchas marcas y empresas que incrementaron sus ventas; la necesidad del teletrabajo ha sido positivo para las empresas, ya que ello ha aumentado la productividad y el bienestar de los empleados al permitirles flexibilidad en la administración de su tiempo y actividades.

Es cierto también que aunque hubo intentos por digitalizar muchas actividades como el teatro, museos, conciertos, deportes e incluso el turismo, estas actividades difícilmente podrán ser reemplazadas por el streaming o la vista online.

Haciendo a un lado esto, el uso de la tecnología para muchas de nuestras actividades económicas y sociales ha cobrado un papel predominante. En ese sentido, la necesidad de innovación y adaptación ha sido moneda corriente para quienes han tenido visión y han entendido, sin pensárselo demasiado, que la “nueva normalidad” ofrece espacios de oportunidad.

Es imposible y ocioso predecir el ritmo y camino que tomará el mundo, y más aún en estos tiempos tan agitados, lo que queda claro es que la digitalización será cada vez más un asunto imprescindible al momento de hacer negocios y jugará, y está jugando, un papel fundamental para la recuperación económica post-Covid.

 

 

Deja un comentario