Las personas con enfermedades psiquiátricas graves que contraen el virus de la Covid-19 mueren a una edad más joven que el resto de pacientes, según sostiene un estudio publicado hoy por el Instituto Superior de Sanidad (ISS) italiano.
“Los pacientes afectados por un problema psiquiátrico grave mueren de Covid-19 a una edad más joven respecto a otros pacientes sin problemas mentales, entre otros factores examinados, incluidas las enfermedades no psiquiátricas”, se indica en el informe.
Los expertos apuntan a que estas personas están más expuestas al contagio por el virus Sars-CoV-2 y a una forma de enfermedad más grave por varios motivos, como el “escaso” cumplimiento de las medidas de protección individual por desconocer la gravedad del riesgo.
Pero también por los frecuentes problemas cardiovasculares o metabólicos que padecen o su dificultad para reconocer o señalar síntomas, por ejemplo.
Por esta razón, estudios recientes han concluido que los problemas psíquicos constituyen un factor de riesgo y algunos países europeos han incluido a estas personas entre las categorías prioritarias en la vacunación.
“El conocimiento del impacto diferente de la pandemia entre la población más vulnerable, en la que entran las personas con discapacidad mental grave o problemas de desarrollo neuronal, ha ido creciendo progresivamente”, apuntan las investigadores del ISS, Ilaria Lega y Lorenza Nisticò.
El informe, coordinado por el doctor Graziano Onder, se basa en datos recabados por especialistas del ISS entre el sector psiquiátrico, también del Servicio Nacional de Salud público.
En Italia, donde los hospitales psiquiátricos están cerrados desde hace más de 40 años, se han tomado los informes clínicos de 4,020 personas muertas por coronavirus entre el 21 de febrero y el 3 de agosto de 2020.
Un 2.1% de ellos padecía algún problema psiquiátrico grave, como la esquizofrenia, y un 4.4% del total tenían enfermedades mentales como la depresión o ansiedad.
La edad media de las muertes entre personas con problemas psiquiátricos graves era de 71.8 años, frente a los 78 de los pacientes sin ellos.