CAMPECHE. A pocos meses de que deje el poder el gobernador priista de Campeche, Carlos Miguel Aysa González , tiene en su contra una creciente negativa de la poblacion, de acuerdo con una encuesta por parte de Berumen, el 44 por ciento desaprueba su mandato.
Esta negativa se enfoca principalmente a las denuncias de presuntos actos de corrupción por parte de Alejandro Moreno Cárdenas, al cual le heredó el cargo para irse a la dirigencia nacional del PRI, y a su vez no hizo nada para investigarlo, sino todo lo contrario, se dedicó a protegerlo.
Dicha encuesta fue realizada del 14 al 16 de marzo esta demarca que el 41% aprueba su manadato y el 15% no sabe. En cuanto a la pregunta ¿Cómo califica la forma en que gobierna el gobernador Carlos Miguel Aysa González?, un raquitico 4 por ciento dijo que muy buena, el 37% que buena, un 34% que regular, el 20% que mala y un 5 por ciento dijo que es muy mala su administración.
Todo gira a la llamada “sociedad” entrejida entre Aysa y Alito la cual esta entrechamente e intimimamente ligada a casos de corrupcion ultimamente ventilados públicamente en Campeche.
Todo comienza desde encubrimiento de la casa de 46 millones de pesos que Moreno Cárdenas construyó y que fue objeto de una investigación por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), deribado de una demanda interpuesta por el priísta, Ulises Ruiz quien lo señaló de enriquecimiento ilícito. Asimismo, pasando por los millonarios desvíos en la obra pública donde solo mostró maquetas.
Factores principales
En los primordiales problemas que enfrenta Campeche, el 32 por ciento de los encuestados señalo la falta de trabajo y los bajos salarios; el 29 por ciento mencionaron que el servicio médico y la pandemia del Covid, el 26% dijo que la corrupción y el 21 por ciento se quejo de pavimentación y bacheo.
AYSA en busca de ser protegido
Asimismo, Carlos Miguel Aysa Damas, hijo del gobernador de Campeche, está en la vista dentro de la lista de candidatos plurinominales a las diputaciones federales, con lo que busca su protección en San Lázaro, derivado de un administración muy opaca y poco trasparente.