Han pasado 2 años 3 meses del gobierno de la Transformación de 4ª, y México no camina. Sigue estancado, en recesión (no crece económicamente, sino decrece). López Obrador y secuaces no palian el problema de COVID, todo lo contrario, exponencialmente aumentan contagios, fallecidos y sospechosos.
Pese al catastrófico escenario, El Peje sigue culpando al pasado, Felipe Calderón y Enrique Peña, que su gobierno no puede con la responsabilidad que más de 30 millones de mexicanos le confirieron para darle la vuelta a la crisis y quebranto que PRI y PAN le heredaron. ¡¡Sabía la situación!! Soberbio, presuntuoso, mentiroso como es, alharaqueó, blasfemó que a partir de diciembre de 2018 México sería otro.
En efecto, es otro, lastimosamente perdido, vituperado en el mundo, perdió presencia, respeto, desinterés de inversionistas externos. El propio López Obrador se convirtió en hazmerreir del concierto internacional por sus mentiras, desaciertos, corrupción, incapacidad y opacidad.
Pero… eso ya lo sabemos más de 126 millones de ciudadanos, incluidos pubertos, jóvenes, inconformes, chairos, amlovers, pejezombies, niños inteligentes que no opinan, pero padecen las tonterías del inquilino de Palacio Nacional.
Andrés Manuel, por su esquizofrenia e inestabilidad psíquica, un día sí, otro también abre frentes de batalla que agravian a la población. Lo inmediato son dos aberraciones políticas, por falta de capacidad, de talento (bueno, nunca ha tenido), programación, planeación que todo gobierno digno, debe tener.
El asunto de los apagones, inicialmente en el norte del país, a causa -en parte sí- de factores naturales, heladas en Texas, Estados Unidos, principal mercado de gas natural que suministra a México, cuyos ductos fueron “taponados” por las bajas temperaturas, que luego saltaron al centro geográfico y a la capital del país, es el resultado de la ausencia de un plan de contigencia para producir, almacenar, resguardar el combustible, que denota dejadez, “valemadrismo”, incapacidad del gobierno más ocupado en atesorar el poder (totalitarismo), en no perder la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados (elección intermedia, junio 6) para seguir manipulando la Constitución en aras de los delirios de dictador que padece Andrés Manuel.
Un fenómeno natural, en otro país, exhibió las miserias de su gobierno distante del pueblo, carente de planes y programas para desarrollarlo; habilitación de funcionarios públicos carentes de perfil profesional para el cargo, que están en el “hueso” por sumisión, lacayismo, obediencia ciega, interés político, sin capacidad, ni vocación de servicio.
En especial la Secretaria de Energía, Rocío Nahle y el Director General de la CFE, Manuel Bartlett Días, que desconocen el sector, pero son “leales invidentes” sin experiencia, cualidades que prefiere López Obrador para desempeñar el cargo.
En defensa de sus imposiciones y decisiones para integrar los gabinetes, en noviembre de 2019, en una mañanera, el tabasqueño escupió: “en mi gobierno importa más la honestidad que la experiencia”. En realidad, Andrés, en tu gobierno ni honestidad, ni capacidad tienen tus colaboradores. Son improvisados, “compromisos”, “pago de facturas”, recompensas por “favores recibidos” (financiamiento de campaña: Ebrard, Napito, Romo, Romero Deschamps -impunidad- Salinas Pliego, etc.) quienes han probado que ser amigo del Peje es más importante que presumir la Hoja de Vida, situación que es evidente en este desastre de los apagones y el corte de suministro de gas natural, por ausencia de operación política e interés nacional.
Aún más, en esa declaración, López Obrador, mostró su verdadera cara e intención tiránica.
El asunto refería al rechazo en cinco ocasiones por el Senado, de una propuesta para desempeñar un cargo de primer nivel, de un elemento de seguridad durante su campaña en 2018. El sujeto no termino la preparatoria, pero por cuidar sus espaldas, quiso ascenderlo, pero al carecer de preparación, perfil profesional y documentos académicos, fue “bateado” por la Cámara Alta. Como se sintió ofendido y minimizado, Andrés Manuel reaccionó irracionalmente.
En su altanero carácter, ignoró la decisión del Senado; controlador como es entregó al susodicho la oficina burocrática, bajo esta consigna “Ángel es una persona con capacidad, es un profesional, es una gente honesta que tiene nuestra confianza y es mi facultad nombrarlo. Sí tiene experiencia (se comprobó que no), pasó la prueba en Presidencia, y resulta que a mí me toca nombrarlo” Se salió con la suya. Quitó autoridad y autonomía al Poder Legislativo.
Hoy, el país padece el mandamiento “honestidad sobre experiencia” Más de 750 mil ciudadanos resultan afectados, dañados en su economía y finanzas por causa de los “apagones”, que Nahle, Bartlett, López Obrador no saben resolver por falta de perfil profesional para el puesto.
Lamentablemente tenemos que reconocer (tolerar) que en la Transformación de 4ª “todo pasa, pero no pasa nada” -no hay consecuencias-
La segunda aberración (actual), tiene dos escenarios concatenados, indisolubles, lamentables, impunes.
Resulta qué, como propuesta e imposición del Peje, el enfermo sexual, vicioso, borracho, cobarde, corrupto, violador, acosador de mujeres, etc. Félix Salgado Macedonio, fue designado por la perversa dupla López Obrador/Mario Delgado (líder nacional de Morena), candidato de ese partiducho a la gubernatura del Estado de Guerrero, pese a tener en su contra al menos 5 denuncias judiciales abiertas, por los delitos de violación, acoso sexual, agresión física a mujeres, radicadas en aquella entidad.
De todos son conocidas las atrocidades de esta boñiga humana, engendro de hombre, quien siempre bajo los efectos de las drogas o el alcohol (su estado normal) arma desmanes, lo mismo en antros, cantinas, bares, en la calle, por su enfermedad antisocial, prepotencia, soberbia, esquizofrenia (igual que López Obrador) y regularmente queda impune, escondido en la mayoría de las veces en el Fueron Constitucional, que se supone sólo aplica en el recinto parlamentario, para defender su derecho de opinar, discursar, no fuera de éste, ni cuando viola leyes y reglamentos.
Pues bien, pese a lo anterior, el dúo vil (López/Delgado) avalaron el opaco proceso de elección de Morena, que, dice, fue a través de encuesta a la militancia, pero no se dieron a conocer los procedimientos, proceso, protocolo, etc. de la misma, que de manera imprevista lo hizo “ganador”.
Pretendiendo legitimar el triunfo, Mario Delgado, en la sede del partido lo presentó a medios de comunicación, levantando su brazo en señal de vencedor. Horas después, López Obrador lo recibió en Palacio Nacional sellando y celebrando con ello su imposición.
A cuestionamiento natural de reporteras que señalan como violador y acosador sexual a Salgado Macedonio, quien protestó el 1 de diciembre de 2018, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan, minimizó las preguntas, que incluían el desconocimiento de la candidatura al guerrerense, “bateó” la interrogante con una respuesta coludida, indecente, perversa y politizada “si ganó las encuestas se debe respetar” ¡zas!
Más aún, “yo no opino, ya di mi punto de vista en una ocasión y ya dije, eso sí lo puedo repetir, que son tiempos de elecciones y hay acusaciones de todo tipo”. De facto, El Peje envió la señal al Instituto Electoral del Estado de Guerrero, a Mario Delgado y al Tribunal Electoral Federal, qué, contra viento, manera, las protestas sociales, de grupos feministas, de periodistas fifís, etc. no se le quitará la candidatura al violador y enfermo sexual Félix Salgado Macedonio. ¿Quedó claro?
Con esta posición político/electorera, inmoral, anarquista, perversa, López Obrador, demuestra su misoginia, indiferencia, machismo enfermizo a las mujeres. Prepotencia e ignorancia. Tan es así que en 2020 se registraron 3723 asesinatos de mujeres, pero perversamente las autoridades de la Transformación de 4ª sólo clasificaron 940 víctimas de feminicidio, como si asesinato o feminicidio no fueran sinónimos.
Con su indiferencia, el tabasqueño, al respaldar a Félix Salgado, da puñalada trapera a las 5 dignas y valientes mujeres que denunciaron al violador. A la vez tiró línea al poder judicial de Guerrero, a ignorar o sobreseer las denuncias y/o juicio en proceso por los delitos denunciados.
Lo importante ahora es seguir presionando grupos feministas, asociaciones civiles, medios de comunicación decentes, grupos sociales, etc. para que el violador no quede impune, le retiren la candidatura y revivir el o los juicios legales hasta que esta basura política sea recluido en la cárcel.
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