Por: Enrique Rodríguez Martínez / Latitud Megalópolis
Rocío Nahle, Secretaria de Energía perdió una importante batalla jurídica ante la Comisión Federal de Competencia, que impugnó diversas disposiciones de política energética impulsadas por el gobierno federal en mayo de 2020.
La Segunda Sala del Máximo Tribunal, dio un significativo revés al estatismo energético de AMLO, anulando elementos cruciales de la llamada Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, por considerarlos contrarios a los criterios de libre competencia, operación eléctrica y transición a energías limpias, que favorecen el desarrollo de empresas privadas en la producción y suministro de electricidad por medio de sistemas sustentables para el medio ambiente.
Por votación de 4 a 1, los ministros revirtieron los planes de Nahle que favorecían a la CFE, con políticas proteccionistas que vulneraban la participación de empresas particulares nacionales y extranjeras en el sector de energías renovables, razón por la cual COFECE intervino al considerar que se afectaba el sistema de libre competencia.
El único voto en contra en la Sala, fue el de la ministra Yasmín Esquivel Mossa. La resolución se da en un interesante contexto, previo al análisis de la iniciativa de contrarreforma del Ejecutivo al sector eléctrico, que se discutirá próximamente en el Congreso. De aprobarse una nueva legislación en los términos propuestos por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la Suprema Corte podría nuevamente analizar el tema a través de una Acción de Inconstitucionalidad, con el antecedente de los resuelto el 3 de febrero en la Segunda Sala, que sin duda es la más notoria derrota jurídica para la 4T en lo que va del sexenio.
Los ministros invalidaron las disposiciones que permitían al Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), desplazar arbitrariamente a empresas particulares que producen energía eléctrica con sistemas eólicos y solares, lo que pone en riesgo inversiones por más de 44 mil millones de dólares en México.
La dirección jurídica de la Secretaría de Energía sigue acumulando derrotas ante el Poder Judicial de la Federación, en su frenética obsesión por eliminar competencia a la CFE, en una industria cuya tendencia mundial está encausada al uso de energías renovables, mediante el cumplimiento de diversos instrumentos internacionales creados para la protección del medio ambiente.
Adicionalmente a las resoluciones jurisdiccionales, el fin de la administración Trump en los Estados Unidos, provoca inconvenientes a los propósitos estatistas de AMLO, respecto al sector energético, considerado de gran impacto en el T-MEC. El giro de Joe Biden, para encauzar nuevamente sus compromisos internacionales a través de Órdenes Ejecutivas firmadas en las horas posteriores al inicio de su presidencia, son una bofetada para la 4T que se empeña en privilegiar la quema de combustibles fósiles para producir electricidad.
Mientras nuestro vecino del norte vuelve a los acuerdos climáticos de París, que tienen como objetivo eliminar gradualmente procedimientos industriales que agudizan el cambio climático, el gobierno mexicano incentiva el uso del carbón y bloquea el desarrollo de las energías renovables. Todo un tema para el bombero del gabinete que despacha en la Cancillería. La iniciativa de reforma que analizará el Congreso y que obviamente será aprobada por la mayoría de Morena, contiene aspectos que evidentemente violentan a la Constitución.
EDICTOS
Con más de 168 mil decesos en México desde que se reportó el primer caso confirmado de contagio de esta pandemia hace 348 días, es muy lamentable que la narrativa presidencial siga estancada en la demagógica postura de negarse a usar cubrebocas. El Presidente confunde autoritarismo con responsabilidad, reafirma una vez más que en su administración está prohibido prohibir, dejando de lado que sin vida, no hay libertad. Se equivocaron quienes anticiparon que padecer la enfermedad provocaría en AMLO un efecto de mayor empatía hacia las víctimas y las familias enlutadas. Otra oportunidad perdida para predicar con el ejemplo, durante la peor tragedia humanitaria de nuestra historia.