Por: Arturo Ríos Ruiz / Latitud Megalópolis
Fue en 2005, cuando Kamel Nacif denunció a Lydia Cacho por difamación y calumnias, por aparecer en el libro Los demonios del edén. El denunciante era conocido como el “Rey de la Mezclilla”, por su fábrica textilera.
Cacho describió fiestas organizadas por Nacif, en las cuales, según su investigación, se pervertía y abusaba de menores de edad y participaron al menos 19 funcionarios y empresarios mexicanos y extranjeros. Pura soterrada fichita.
El libro trata de cómo la cadena comienza con el abuso sexual infantil, la explotación sexual, el turismo amatorio con menores, el comercio erótico con hombres de poder. Nada nuevo, sigue en México y el mundo entero.
Y también cómo la protección tanto policíaca como política a los pederastas, la pornografía, el lavado de dinero, el tráfico de influencias. Todos englobados en una poderosa y peligrosa red mundial de crimen organizado. Toda una bomba.
El centro del volumen es Jean Succar Kuri, amigazo de Nacif, hotelero de origen libanés, que cometió abuso sexual de menores en Cancún, protegido por autoridades y políticos de gran envergadura, que incluso participaban en el delito de corrupción de menores. Fue condenado a 112 años de prisión.
En los medios ganaron espacios los nombres de encumbrados del sistema como Miguel Ángel Yunes, ex gobernador de Veracruz, Emilio Gamboa Patrón de larga carrera política, Joaquín Hendrik, ex gobernador de Quinta Roo y otro buen de políticos de alto nivel. Grabaciones telefónicas de ellos con el famoso Nacif.
En un video que circuló de Kamel, entró su hija a su despacho, esperó, una vez terminada la conversación, le dijo Nacif: “Hola chiquita, era un político de hasta arriba y quería saber con cuánto le voy a entrar para su campaña”. Eso lo explica todo del porqué contaba con tanto poderoso gubernamental.
En diciembre de 2005, policías de Puebla detuvieron arbitrariamente a Lydia Cacho en Cancún, a raíz de la denuncia de Nacif. El gober quería ser presidente del país y también se compararía con Benito Juárez.
Durante su traslado vía terrestre de esa ciudad a Puebla, Cacho sufrió actos de tortura por parte de los agentes, quienes incluso amenazaron con violarla y matarla. La periodista logró quedar en libertad tras pagar una fianza de 106,000 pesos, pero el proceso legal en su contra duró más de un año.
Fragmento de la llamada entre Mario Marín y Nacif: Marín: “Quiúbole, Kamel; Nacif: “Mi góber precioso”; MM: “Mi héroe, chingao”; KN; No, tú eres el héroe de esta película, papá, MM: Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona”. Festejaban el incalificable hecho.
Mario Marín ya está en manos de las autoridades de Quintana Roo y sabremos el curso de su juicio y el final del mismo, pero se advierte que será un proceso largo debido a que son muchos involucrados en el infame delito. Camel Nacif, vive en Israel y extraditarlo no será tan fácil.