A los mexicanos enferma más las mentiras del gobierno fallido, omiso, desinteresado y politiquero que la propia enfermedad de COVID, que, por negligencia, ineptitud, incapacidad de la Transformación de 4ª ha llegado a más de 1 millón 900 mil contagios, 176 mil 17 fallecimientos, que para el Gobierno de México sólo son estadísticas (mentirosas), pues según el INEGI, la Secretaría de Salud, (léase López Obrador, López Gatell, Jorge Alcocer y Marcelo Ebrard) se guardaron más de 120 mil 503 registros de fallecidos en 8 meses -enero/agosto- 2020 cuando en realidad perecieron 184 mil 917 por el virus, mientras el nefasto cuarteto ordenó divulgar 64 mil 414. ¡Una mentira que tarde que temprano tenía que conocerse!
El INEGI sólo hizo su trabajo y destapó el engaño oficial, la vileza, perversidad, engaño del sexenio que esconde sus embustes, para disimular su incapacidad.
De suyo, destapa la pregunta ¿por qué mentir, simular, trapalear? Sencillo, por intereses político/electoral de la Transformación de 4ª (léase López Obrador) y de Morena, para esconder la realidad y pretender perpetuarse en el poder en el Legislativo (Senado, Diputados) y en Palacio Nacional… Pero los mexicanos no somos cándidos, tontos, inocentes, ya sabemos las perversas intenciones del tabasqueño, utilizar la mentira como arma de convencimiento.
Ya nadie le cree sus argumentos banales y camorreros, acusando al pasado (PRI y PAN) de todos los males, que en 2 años 65 días no ha sabido corregir el “basurero” que le dejaron Felipe Calderón y Enrique Peña.
Son tantos los timos de Andrés Manuel López Obrador, candidato, ahora Coordinador del País (porque no sabe gobernar) que podría escribirse un mini diccionarios de “lo que no se debe prometer, si no se cumplirá”, que el Taller de Comunicación Política, de Luis Estrada, conocido como SPIN, le ha recopilado de las “mañaneras”, discursos, giras con spech, etc. que en lo que va de la T4a, ha escupido 32 mil 193 patrañas. Cuando algo puede ser medio verdad, nadie lo cree, como el supuesto contagio de COVID 19
¿Qué padecimiento presenta quien sistemáticamente miente, como López Obrador?
Consultando el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se encuentra esta definición, cito textual: “mitomanía, conocida también como pseudología fantástica. Es un problema al que se le debe prestar atención. Es un trastorno psicológico que consiste en una conducta repetitiva del acto de mentir. Por medio de sus mentiras, el mitómano busca beneficios inmediatos”
Tal cuál, ¿no? Y no es por su falacia de haberse contagiado del virus, sino que, a lo largo de sus tres intentos por llegar a Los Pinos/Palacio Nacional durante 18 años consecutivos, inundó de promesas falsas, ofertas electoreras, compromisos incumplibles sus discursos placeros, entrevistas, mítines, reuniones, foros, etc. argumentando que de llegar a la presidencia de México cambiaría, modificaría, metería a la cárcel a los corruptos, haría crecer la economía del país hasta 8 por ciento del PIB.
Luego agarró como bandera a los humildes, marginados y abandonados del régimen en turno: PRI y PAN, incluso en 2018 utilizó como estandarte “primero los pobres” y cumplió: primero a los pobres quitó guarderías, servicio médico, comedores comunitarios, despidió a burócratas de los salarios más bajos, etc.
Él mismo creyó y cree en sus mentiras, al sostener que quienes dañaron al país, “la delincuencia de cuello blanco” “la mafia del poder”, los neoliberales, los fifís, serían los primeros en ser detenidos porque su riqueza es producto de la corrupción y la impunidad.
Al llegar a Palacio Nacional, lo primero que hizo fue juntar a “sus enemigos” (los hombres más ricos del país) para formar el Consejo Asesor Empresarial. Ni los metió a la cárcel, ni los crucificó, y sí los apapacha, comparte el pan y la sal en el mismo plato… Brutal mentira del mitómano.
Así ha transcurrido, desde el 1 de diciembre de 2018 un sexenio fatuo, falso, embustero.
Y nos movemos a 2020/2021, cuando al mundo lo contaminó el Coronavirus, un bicho letal, incontrolable, mortal, del que la Organización Mundial de la Salud, alertó con meses de anticipación, nacido en Wuhan, China. Se expandió y ataca al mundo.
La emergencia se echó a andar… pero en México el mitómano, engreído e irresponsable Coordinador Nacional de México, Andrés Manuel López Obrador, subestimó la alerta, minimizó la amenaza y la calificó de “simple catarrito”. Desde su enfermiza “mañanera” llamo a los mexicanos a no hacerle caso, utilizando frases como “no pasa nada”, “abrácense”, “no se queden en casa. Salgan con la familia a comer, cenar, para reactivar la economía”, pese a haberse lanzado la campaña sanitaria “sana distancia”, “quédate en casa”, “uso obligatorio del cubrebocas”.
Con la complicidad de un pseudo epidemiólogo, ¡si lo es, no parece! Hugo López Gatell, Subsecretario de ¿Prevención? y Promoción de la Salud, de la Secretaría del ramo, confundieron a la población de que el virus no era mortal, que no era indispensable el uso de cubrebocas, etc.
Bueno… fue tal la mentira, irresponsabilidad y valemadrismo de ambos, que López Gatell, se atrevió a calificar a Andrés Manuel como hombre de “fuerza moral y no de contagio” cuando se le cuestionó ¿por qué no suspendía las giras de trabajo por el interior del país, pues seguían llenando plazas, reuniones con acarreados, militantes de Morena, “pagados” y simpatizantes, lo que provocaría una explosión de contagios.
En plena pandemia (junio, julio 2020) en su repertorio de mentiras López Obrador fijó fecha para el fin de la crisis sanitaria. Secundado por López Gatell, se atrevieron a citar que, en septiembre u octubre, el COVID sería dominado. El tabasqueño en arranque de soberbia aseguró que “ya veía la luz al final del túnel” … ¡que el virus estaba domado! Sus chairos, amlovers, pejezombies, botts le creyeron y creen.
Tres meses después de tal afirmación (mentira) el rebrote ha causado, y no está domado, más de 1 millón 800 mil contagios y 155 mil fallecimientos.
Las mentiras de los López, Alcocer y Ebrard, se mantienen, ahora sobre las vacunas.
A finales de diciembre informaron que se había firmado un contrato con el laboratorio neoyorkino Pfizer para recibir 34.4 millones de dosis de anticovid. En efecto, en esas fechas llegó un lote de no más de 3 mil productos. Lo festinó el cuarteto en la mañanera. Por el convenio México pagaría 310 millones de dólares (6 mil 500 millones de pesos), pero… el primer paquete recibido (según la T4a ya pagado) fue obsequio de Pfizer pues el producto estaba en el último proceso del protocolo y le urgía a la farmacéutica se inyectara a mexicanos (conejillos de india) para saber si es efectivo. ¡Zas!
Luego, la empresa neoyorkina, informó que suspendería producción y envío del antídoto durante 6 meses.
Ante el fracaso, otra mentira de la T4a. En supuesta conversación telefónica entre López Obrador y Vladimir Putin, presidente de Rusia, se informó de oootrooo convenio para adquirir 24 millones de dosis Sputnik V… Pero resulta que tal reactivo sigue en Fase 3 del Protocolo, por lo que ni la OMS, ni Cofepris, en México, han autorizado/avalado su uso. No sólo esto, sino Putin y el 58% de los soviéticos no se atreven a inmunizarse con su vacuna por desconfianza, miedo y desconocimiento de su eficiencia. ¿Por algo será?
En tanto en México el Gobierno Federal ya calendarizó la aplicación del medicamento a los marginados del sector salud (afanadores, camilleros, enfermeras, laboratoristas, de limpieza, etc.) y a adultos mayores, sin que se conozca la viabilidad y certeza de la ampolleta.
Ahora, el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en defensa de la Transformación de 4ª, asegura que México no le compra a Rusia una vacuna de segunda, pese a estar muy cuestionado su protocolo no sólo en México, sino en el mundo y por la propia OMS. El hecho es que Sputnik V, no termina su protocolo y aquí ya se planeó su aplicación.
Herrera (el quinto elemento) juró “nosotros no estamos comprando vacunas de segunda”. “Déjenme decirlo claramente: no compramos vacunas de segunda” … Queda la duda.
Una mentira más de la T4a no nos sorprendería.
NO PERDER DE VISTA EL DATO: en agosto pasado (en pleno caos mundial) el principal neumólogo ruso, Alexander Chuchalin, renunció a la investigación de Sputnik V por “violaciones graves” de la ética médica en el desarrollo de la vacuna. ¡Qué tal!
*Miembro de los Grupos Editoriales Digitales www.radioexpresionmexico.com (REM) y de www.latitudmegalopolis.com (LM)