“Para evitar las pruebas falsas, la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) ha estipulado un formato especial y obligatorio que firman los turistas para hacerse responsables de que la prueba que están entregando es absolutamente auténtica”, agrega Vanegas y dice que quien mienta está sujeto a una imputación formal. “Teniendo esto ningún turista se arriesgará”.
Las nuevas limitantes de viaje a los turistas crean un mercado negro de resultados para eludir los controles sanitarios. A través de grupos de turistas en redes sociales es como en menos de una hora, un laboratorio le expedirá un documento personalizado para viajar desde México a cualquier país. Es el nuevo negocio que ha crecido a la sombra de las restricciones de viaje para turistas internacionales: con tests apócrifos hechos a la medida y vendidos por 800 pesos mexicanos, poco menos de 40 dólares.
El hecho de pagar menos de una quinta parte de lo que cuesta un test es porque “no te hacés el hisopado ni nada” y además es una opción conveniente “para ahorrarte las boludeces de esperar tantas horas”, explica antes de dar un último consejo: “decile que es de mi parte porque si no, no te van a dar bola”, fue como comenzó la conversación dentro del grupo de facebook de un usuario a otro para pasarle el contacto de un laboratorio en Cancún.
El documento tiene folio, número de cliente, código de barras y está avalado por un químico de un hospital privado a 15 minutos de la zona hotelera de Cancún. “Negativo”, se lee en negritas en el centro del papel, en el que los resultados aparecen como si hubieran sido validados a la mañana siguiente. “No va a haber ningún problema, cuando llegues al aeropuerto y hagas el check in, te van a preguntar si tienes el PCR, se lo enseñas y listo”, dice El Secretario, que es en realidad una mujer, en una nota de voz. “Ya tengo pasajeros que volaron a Madrid y a Francia sin problemas”, agrega antes de desear un buen viaje.
México fue el tercer destino más visitado en 2020, según la Organización Mundial de Turismo. Por ignorancia, oportunismo o pereza, el nuevo fraude se replica poco a poco a costa de los países receptores y de sus comunidades de origen, y en el peor momento de la pandemia, con más de 150.000 muertes confirmadas en el país.
Con información de: El País.