A lo largo de la campaña el discurso del candidato demócrata Joe Biden (78) se caracterizó por dos grandes componentes: Nunca entrar al juego del discurso agresivo del presidente Trump y construir su propia narrativa.
El tema central fue “recuperar el alma del país”. Y las líneas fuerza de los discursos de campaña estuvieron presentes en el que dio en la toma de posesión. Identifico las diez siguientes:
– La necesidad de que todos los ciudadanos estén unidos sin importar preferencias partidarias. “Escuchémonos unos a otros”.
– La invitación a que toda la sociedad, sin distingos, haga frente a un momento particularmente difícil en la historia del país.
– El aprendizaje de que la “la democracia es un bien precioso y frágil”.
– La democracia “ha ganado” y se ha impuesto. Queda atrás una etapa que estuvo en peligro.
– El llamado al pueblo a “empezar de nuevo”. La “pesadilla nacional ha terminado”.
– La conciencia de que en la sociedad de su país hay mucho que reparar, curar y construir. Hay que “reconciliar”.
– La recuperación de los valores y el espíritu americano que estuvieron en peligro. El alma del país.
– La defensa de la verdad. “Hay verdad y hay mentiras, mentiras que se cuentan en busca de poder y provecho”.
– La realidad puede cambiar y ser mejor. Esa es la tarea. “Es un nuevo día en América”.
– El compromiso de “liderar con el ejemplo”. Un caso, entre muchos, es el uso riguroso de la mascarilla, para hacer frente a la pandemia.
La narrativa de Biden y su manera de presentarla supone un cambio radical con el discurso de odio y polarización de Trump.
Ofrece una nueva manera de hacer política y de cómo comunicarla. En eso se basó el éxito de su campaña. Le toca gobernar en un tiempo muy difícil.
La sociedad estadounidense está dividida y crispada. La crisis económica y de salud alcanza dimensiones históricas. Exigen de la conducción de un líder excepcional. ¿Lo será?
Twitter: @RubenAguilar