Biden

“La democracia ha prevalecido” esas fueron las palabras del presidente número 46 de los Estados Unidos en su discurso de inauguración. Un día que significa un respiro para todos aquellos que creemos en la democracia y en las sociedades libres; es un triunfo para Occidente que haya de nueva cuenta en la Casa Blanca un líder con experiencia; este es un día de reconciliación y es un claro mensaje para las corrientes nacionalista y populistas que imperan en el mundo.

Joe Biden nació el 20 de noviembre de 1942 en el seno de una familia irlandesa, católica y tradicional en Scranton, Penssylvania, una comunidad conocida por su actividad industrial. Sin embargo, el demócrata creció y estudio en Delaware. Se recibió de abogado por la Escuela de Derecho de Siracusa y muy pronto su carrera política en el partido de Andrew Jackson empezó a consolidarse.

Marcado por terribles tragedias familiares a lo largo de su vida, la escena de un joven Biden de 27 años en la que jura como senador en un hospital en el que estaban internados sus hijos, después de un accidente en el que murieron su primer esposa y una hija, resume en muchos sentidos la vida y obra del ahora primer mandatario de Estados Unidos.

En su desempeño como senador durante 36 años y como vicepresidente durante 8, Biden fue reconocido por su trabajo en pro de los derechos de minorías sexuales, en pro de la lucha contra el cambio climáticos, así como su trabajo en política exterior al defender hitos históricos como la caída del Muro de Berlín, el fin del Apartheid en Sudáfrica y el fin de la Guerra Fría.

En ese sentido, en su autobiografía, el expresidente Barack Obama comentó acerca de la relevancia que tuvo Biden como su vicepresidente en la toma de decisiones.

Biden pertenece a esa estirpe de políticos de carrera que el ahora expresidente Donald Trump tanto repudia. Su amplia experiencia como senador y su actitud conciliadora han sido claves para la colaboración bipartidista. Sin embargo, el camino a la presidencia ha sido todo menos sencillo. En múltiples ocasiones Biden se ha visto forzado a abandonar sus ambiciones políticas

Sucedió al final de la administración de Bush padre y ocurrió, otra vez con un Bush, el hijo, del que fue un acérrimo crítico por su manejo de la Guerra de Irak. En esta última ocasión, Biden optó por ser compañero de fórmula de Barack Obama y en 2008 se convirtió en el segundo en la oficina del primer presidente de color en la historia de Estados Unidos.

Si bien ha habido piedras en el camino y su trayectoria no ha estado exenta de escándalos y controversias, la llegada de Biden al despacho oval significa el regreso al mando de alguien que tiene experiencia, que sabe tomar decisiones y que lleva toda una vida en el servicio público. Y esto no es cosa menor, sobre todo por la terrible y reciente tendencia por frivolizar a la política y convertirla en un espectáculo de televisión.

El inicio de la era Biden es la confirmación de que los electores pueden actuar con raciocinio y corregir las malas decisiones. El miércoles 20 de enero de 2021 ha sido un hito para la historia democrática de Occidente; un día ansiado no solo por aquellos que viven en Estados Unidos, sino también para quienes no, puesto que cada decisión que se tome en ese país repercute indiscutiblemente en el resto del mundo.

En su discurso de inauguración Biden apeló a la reconciliación y a la renovación haciendo hincapié en que él gobernará para aquellos que votaron por él, y para los que no; apeló al restablecimiento de alianzas y acuerdos internacionales que su predecesor tiró por la borda; apeló por el triunfo de la democracia por encima de cualquier protagonismo individualista.

Así, el nuevo mandatario de los Estados Unidos toma las riendas de un país en crisis y lo hace con la capacidad y mérito de alguien que entiende que gobernar es un oficio. Y eso, es hoy más necesario que nunca.

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