La situación de la Industria Restaurantera en nuestro país se ha ido agravando conforme transcurren los primeros días de este 2021.
Así es, después de la suspensión de actividades económicas no esenciales en la Ciudad de México y el Estado de México que se decreto a partir del pasado 19 de diciembre del 2020 hasta el 10 de enero del 2021, los más afectados por esta situación resultan ser los propietarios y trabajadores de los negocios dedicados a la atención de comensales.
El porcentaje de ingreso a cada uno de estos negocios sigue disminuyendo y esto se ha reflejado en el cierre de más del 40% de los que aún seguían operando después de la primera oleada del COVID-19, dejando los que podían cumplir con las indicaciones que emitieron la Secretaría de Salud y el gobierno de ambas entidades, al solo dejar activo la venta de alimentos sin preparar y preparados exclusivamente como servicio de entrega.
Aunado a ello el gasto que muchos de estos restaurantes hicieron antes de este segundo cierre para poder operar entonces no tuvo in beneficio, entre cabinas sanitizantes, guantes, cubre bocas, caretas, geles y atomizadores antibacteriales que solo repercutieron negativamente a su bolsillo, sin poder recuperar este desembolso.
Los negocios que aún sobreviven a esta crisis que sigue aumentando, esperan ya abrir sus puertas para reiniciar su actividad comercial y económica, claro con todas las medidas sanitarias para salvaguardar a trabajadores y clientes, ya que siguen manifestando su negativa ante esta decisión, ya que para ellos se calculan pérdidas irreparables.
Se esperan en estos días manifestaciones por parte de los trabajadores para así hacer que el gobierno capitalino y del Estado de México reactiven de cierta manera sus actividades, las plantillas que conforman el personal de los establecimientos ya casi es nula a comparación de cómo estaban operando y esto lejos de aportar, solo pinta un mañana sin futuro para ellos.
Así la CANIRAC se declara “Abrimos o morimos” siendo ellos los responsables de más del 15% del PIB turístico de y del 1% nacional, datos que son comprobables y que las autoridades no están tomando en cuenta.
Espero que este panorama cambie para todos los sectores a partir de este 10 de enero, que por lo visto el semáforo sigue dispuesto a quedarse en rojo debido a la alza en contagios y decesos. La pandemia nos tiene en una posición donde una crisis económica global está más presente que nunca
El SAT no ganó
Este 06 de enero a la profesora Elba Esther Gordillo el Tribunal Federal de Justicia Administrativa le otorgó el falló a su favor ante el juicio que se estaba presentando contra el SAT.
Este juicio se inicia porque este organismo le reclamaba un crédito fiscal de 9 millones 431 mil 418 pesos, por concepto de impuestos generados por el ejercicio del 2012, que después de 8 años sigue generando recargos y multas.
Sin embargo la sentencia que se dictaminó el 4 de septiembre del 2019 ya no tiene efecto, el pleno ha tomado la decisión con siete votos a favor y tres en contra declaró la nulidad de la impugnación que le afectaba a la política sindicalista.
Quien estuvo al frente de esta ponencia fue el magistrado Carlos Chaurand, donde se llegó al acuerdo que ni Elba Esther, ni la SNTE no han tratado de deducir comprobantes fiscales dando por hecho que no aplica el artículo 35 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que se refiere al requisito de las mismas.
“Conforme a lo anterior, al aplicarse dentro de la fundamentación de la resolución recurrida el artículo 121 fracción cuarta de la Ley del ISR, lo que al resolver el recurso se consideró legal y dentro de la resolución impugnada, el artículo 35 del reglamento de dicha ley, disposiciones jurídicas inaplicables, y por ende indebidamente aplicadas en perjuicio de la hoy actora, se actualiza el supuesto del artículo 51 fracción cuarta de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, lo que hace procedente declarar la nulidad lisa y llana de tales resoluciones con fundamento en el artículo 52 fracción segunda del mismo ordenamiento”, hizo hincapié Chaurand.
Cabe señalar que aunque no estén obligados los sindicatos no estén obligados a llevar un sistema contable que vaya de la mano con el Código Fiscal de la Federación, no quedan exentos de contar con los comprobantes fiscales de los gastos que efectúan.