Por sexta ocasión en sus 80 años de vida, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), entregó reconocimientos a 26 de los 628 legisladores al Congreso de la Unión. Diputados y Senadores, sin distinción de partidos, fueron reconocidos por su desempeño y aportaciones a favor de México.
Los industriales de CANACINTRA reconocieron la experiencia, la diversidad generacional, de género y la capacidad de los legisladores distinguidos para construir acuerdos y promover desde sus distintas comisiones, acciones en estos momentos de crisis. Ante la catástrofe de enormes dimensiones que ha afectado al mundo y a México en particular por la pandemia del COVID-19, el Presidente de CANACINTRA, Enoch Castellanos, afirmó que no podemos hacer “como que aquí los problemas son menores”.
Todos los días despertamos con datos terribles ante la pérdida de vidas y contagios, la caída de la economía y la baja recuperación de los empleos. La violencia y falta de respuesta a los derechos de las mujeres, y la violencia en las calles, que continúa subiendo. “Seguimos viendo como empresas quiebran o se van del país y cómo cada trabajo que se pierde, es una familia más sin medio de sustento”, sentenció.
Llamó a los legisladores a trabajar unidos y evitar que el país no se polarice más. La sociedad espera la dignificación de la política, como un ejercicio de dialogo permanente para salir adelante. De no hacerlo, la alternativa será la demagogia y el autoritarismo. Los mexicanos queremos sentirnos orgullosos de nuestros representantes. Hoy tienen en sus manos, en su capacidad e inteligencia, todos los medios para lograrlo. L
lamo a desterrar ya, de una vez por todas, la falsa idea de que el emprendedor mexicano sea visto como el enemigo a derrotar. México necesita de los empresarios y su dimensión social, su esfuerzo diario y su talento. Necesita de las inversiones privadas para generar equidad, oportunidades y crecimiento. Descalificar y oponerse a todo, empieza a ser un signo muy riesgoso de los tiempos.
Aniquilar política y socialmente al adversario tan sólo por pensar distinto, nos puede llevar a un laberinto sin fin Llamo, finalmente, a valorar lo que tenemos y también todo aquello que tenga que cambiarse. El dialogo abierto y permanente debe ser la ruta de nuestro futuro. La viabilidad del país está sustentada en el Estado de Derecho y en la confianza ciudadana.