Un Oasis que se torna Espejismo, Cuatrociénegas

 

En el desierto Chihuahuense, en la zona central de Coahuila existe un Valle con características únicas, elementos que parecen salidos de una película; dunas con blancas arenas, manantiales con agua azul, ríos de aguas cristalinas, paredes de mármol, montañas verticales, vegetación y fauna incomparable, todo ello que en conjunto juega con nuestra imaginación.

 

Este Valle es resultado de un mar que hace millones de años emergió, sus estructuras rocosas formaron la mayoría de sus lomeríos y cordilleras, este lugar es conocido como “Cuatrociénegas”,  humedal clasificado como un sitio Ramsar. El 7 de noviembre de 1994 es decretado Área Natural Protegida, por esta razón la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) lo incluye entre los sitios prioritarios para la conservación en México.

 

Cuatrociénegas es uno de los humedales más importantes de México, además de un gran valor antropológico, en virtud de que en la zona se pueden encontrar vestigios como; petroglifos y pinturas rupestres, además restos de entierros mortuorios, la gran mayoría saqueados y banalizados

 

El crecimiento y desarrollo de los habitantes del Valle se basa en la agricultura, dada por los manantiales, pozas y lagunas existentes, actividad que se realiza con mayor intensidad en la parte oriente del Valle, donde los suelos y la calidad del agua permiten esta actividad. Debo señalar que las aguas superficiales de Cuatrociénegas se mantuvieron aisladas, debido a que el Valle forma una cuenca cerrada. No obstante, para fines de aprovechamiento del agua, estos cuerpos de agua fueron interconectados artificialmente por medio de canales, beneficiando a las comunidades asentadas al oriente del Valle.

 

 

Cuatrociénegas es reconocido por su alto índice de endemismos, se le ha comparado y nombrado como las Galápagos mexicana, aquí se distribuyen más de 30 especies endémicas de plantas, de moluscos con 5 géneros y 9 especies endémicas, de peces, la mayoría endémicas y todas amenazadas. Sus condiciones geológicas han favorecido a éste endemismo, en sus más de 200 pozas habitan microorganismos similares a los que existieron en la época primaria del planeta, estos microorganismos -como hicieron sus antecesores en el período Precámbrico-, sobreviven en un ambiente con pocos nutrientes, muy diferente al del resto del planeta. El agua de las pozas tiene un alto contenido en minerales -principalmente carbonato de calcio-, resultado de residuos volcánicos, ecosistema acuático muy sensible a los cambios, por lo que, para su protección, está prohibido introducirse en sus aguas.

 

Infortunadamente Cuatrociénegas corre riesgo de desaparecer, ya que existe sobreexplotación del acuífero a través de canales para las actividades agropecuarias que se desarrollan en el Valle,  algunas pozas han sido desecadas, destruidas y modificado los cuerpos de agua para uso turístico, construcción de caminos y uso agropecuario. El sobrepastoreo, la quema de pastos para la ganadería, la deforestación, la introducción de especies invasoras, la caza, colecta y pesca ilegal son otras causas.

 

Cuatrociénegas fue y sigue siendo un importante centro ganadero y minero, además de proveer productos como la candelilla y el guayule. Después del reparto agrario, se formaron varios ejidos, de los cuales 11 tienen propiedad dentro del Área Natural Protegida, dando como resultado un mosaico complejo de atención social.

 

 

En los últimos años las actividades recreativas tomaron fuerza, encontrando en el ecoturismo una alternativa económica, desgraciadamente la mala planeación ha provocado el incremento en el número de visitantes, los cuales utilizan los cuerpos de agua como espacios recreativos, algunos de ellos se acondicionaron como balnearios, con una infraestructura inadecuada y en malas condiciones, además de violar las normas que regulan su uso, sobrepasando la capacidad de carga y provocando disturbios en los ecosistemas acuáticos.

 

El conflicto socio-ambiental en Cuatrociénegas es claro, una adecuada gestión de los recursos es prioritaria, se deben identificar y analizar los impactos socioambientales, así como las necesidades primarias de cada comunidad, desarrollar un mayor trabajo social a largo plazo, con beneficios a corto y mediano, considerando factores culturales, políticos, normativos y mecanismos de cooperación institucional, así como de financiamiento. Modificar los patrones de uso y establecer un plan hidráulico congruente con las necesidades locales, recordemos que algunas comunidades conciben a sus ecosistemas acuáticos como simples reservorios de agua, no como hábitat de la flora y la fauna silvestre, además de ser creída como un recurso infinito, el cual pueden utilizar para otros usos, como para trasportar desechos urbanos, agrícolas e industriales. Cuatrociénegas se enfrenta al desconocimiento sobre la importancia de su conservación, así como a la falta de implementación de instrumentos políticos apropiados que estimulen el manejo sostenible de sus recursos existentes.

Deja un comentario