En la mañanera del 21 de octubre, el presidente López Obrador destapó como su candidato a la gubernatura de Sonora a Alfonso Durazo Montaño (1954), que en ese mismo evento anunció dejaba de ser titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
La gestión de los dos años que ocupó este cargo han sido un desastre, pero el presidente con el dedazo, que recuerda los más viejos métodos del PRI, lo premia con la candidatura, pero también es posible considerar que, ante los resultados, se deshace de él.
De los últimos 50 años estos dos últimos son los más violentos en el país. El secretario se va a la campaña con un saldo de 63,792 homicidios dolosos y un alza sostenida del número de los feminicidios.
Durazo, que cambia de partido, como si fueran camisas, ha militado en cuatro. De 1976 a 1999 en el PRI; de 1999 a 2004 en el PAN; de 2004 a 2014 en el PRD y a partir de este último año en Morena.
En su despedida habló del éxito de su gestión y planteó una serie de cifras que no dan cuenta de eso. Y para cubrir su incapacidad manifiesta en la línea política y de comunicación que ha seguido este gobierno culpó de su fracaso al pasado.
Entre otros muchos especialistas Erubiel Tirado, coordinador del Diplomado de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos en la Universidad Iberoamericana, consideró que en términos de resultados, la de Durazo fue “una mala gestión”.
Y añade que “es una gestión deficiente, mala, oscurecida por el protagonista del presidente López Obrador y por la preeminencia del sector militar en materia de seguridad lo que va de esta administración”.
Para Tirado, Durazo “ha sido un funcionario acorde a la personalidad del régimen y del presidente” y señala que su trayectoria política confirma lo que era el antiguo régimen en los años fuertes del PRI “cuando se premiaba la incondicionalidad y la mediocridad”.
Durazo, que fue secretario particular del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio (PRI) y luego del presidente Vicente Fox (PAN), deja la seguridad del país en su momento de mayor deterioro.
Al ahora candidato le tocó el operativo fallido para capturar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán. En sus intervenciones públicas, para explicar el caso cambió de opinión en por lo menos seis veces. Una contradecía a la otra.
Para Alejandro Madrazo, académico del CIDE-Aguascalientes, en la gestión de Durazo al frente de la SSPC “no se redujo la corrupción y la violencia, al contrario” y añade que “tenemos un presidente que no se atrevió a enfrentarse a la militarización y que está sometido al Ejército”.
En la mañanera, de despedida el presidente no quedó claro si era cinismo o ironía, ante el evidente fracaso de la gestión de Durazo, afirmó que “lo estoy convenciendo de que se quede porque ha hecho muy buen trabajo y nos ha ayudado mucho”.
Twitter: @RubenAguilar