Instigado por García Luna, el pan nuestro con Felipe Calderón era encarcelar y desaparecer gente inocente: Gral. Tomás Angeles Dauahare

  • En México se reparte miseria en lugar de impartirse justicia.

Por Edmundo Cázarez C.

“Aunque duela reconocerlo, la sociedad se ha deshumanizado, nos hemos encerrado en nuestro microcosmos y se han perdido muchos valores. Nos han convertido en rehenes de nosotros mismos, nos han subordinado a la tecnología y nos han desprendido de nuestras raíces, y en México, se reparte miseria en lugar de impartirse justicia”, señaló en entrevista con Cadena Política, el General de División, Diplomado de Estado Mayor en calidad de retiro, Tomás Ángeles Dauahare.

De frustrado ingeniero mecánico a destacado militar. El general de división y ex agregado militar en Estados Unidos y ex subsecretario de la Defensa Nacional, enfatiza que en nuestro país los militares no hacen política. Reconoce que los mexicanos tenemos un ejército a la altura de las circunstancias. Asimismo, lamenta que los sueldos de los militares jamás han sido generosos sino que gracias a las compensaciones es como logran sobrevivir.

El también ex director general del Heroico Colegio Militar, “su alma mater”, accede relatarnos cómo fue que el expresidente Felipe Calderón ordenó su arbitraria e injustificada detención imputándole delitos inexistentes que lo manutuvieron recluido en el penal de alta seguridad de Almoloya. Con lágrimas en los ojos al recordar lo sucedido nos narra: “El presidente Felipe Calderón, siendo subsecretario de la Defensa Nacional me invitó a platicar con él en Los Pinos, me preguntó si Genaro García Luna andaba en malos pasos y le dije: “Sí señor presidente, no lo puedo evitar pero es mi verdad y por ello ordenó mi detención”.

A sus 78 años de edad, reitera que lo que vivido no se lo desea ni a su peor enemigo “Agentes de la policía federal enviados por Genaro García Luna saquearon mi casa así como las de mis hermanas y familiares, se llevaron documentos, archivos y destruyeron todo lo que pudieron sembrando el terror en mi familia y amigos”

Amable, fino en su trato, educado y pulcro en el vestir, acepta ser entrevistado en el interior de un restaurante en la ciudad de Cuernavaca y sin poner objeción alguna para la realización de la entrevista, acompañado por uno de sus nietos y un abogado. Al cuestionarle cómo pasó la primera noche dentro del penal de alta seguridad de Almoloya por esa arbitraria, injustificada y reprobable detención, sus ojos se llenaron de lágrimas, yo no daba crédito ver llorar a un distinguido militar de ese nivel.

“Yo venía de Cuernavaca, al día siguiente tenía un desayuno con don Javier Olea, el padre de los Olea y con Humberto Hernández Haddad, quien ahora es subsecretario de Turismo. Eran como las siete y media de la noche y al entrar a la unidad habitacional donde tengo un departamento, aquí en la Ciudad de México, nos intercepta un auto y se bajan dos oficiales de la policía judicial militar; uno de ellos me dice: Mi general, con todo respeto, somos agentes de la policía judicial militar y tenemos esta orden de localización y presentación en la SIEDO”, mencionó al preguntarle si su detención había sido arbitraria o con lujo de violencia.

“Me dijeron que podía hacer todas las llamadas que pudiera y quisiera. La primera fue para mi esposa, después a un abogado y la tercera fue a Humberto Hernández Haddad para ofrecer disculpas dado que ya no podría estar con ellos en el desayuno por lo que me acababa de suceder. Eso fue todo”.

Al pregunarle sobre de que lo acusaban, contestó:

“Me acusaban de que Arturo Beltrán Leyva me daba cinco millones de dólares por conocerme, que supuestamente en el estacionamiento de Perisur me había reunido con el ‘Azul‘, y que además era mi compadre y que me llevaría a una casa del Pedregal para encontrarnos con Arturo Beltrán Leyva. también me dijeron que Edgar Valdéz La Barbie, me iba a dar 50 mil dólares mensuales y que yo era amigo de El Chapo y del Mayo Sambada. ¡Caray!, entonces yo era el bueno, el capo de capos.”

De igual manera, se le cuestionó si interpondrá demanda contra Felipe Calderón ya que no es presidente, a lo que respondió:

“Mire Edmundo, entiendo muy bien su pregunta ¿En qué me podría beneficiar decir que Felipe Calderón es un tipo nefasto e inhumano? Quizás, optaría y en caso dado, interponer una demanda por el daño moral hecho a mi persona.”

Por último, para cerrar la entrevista sus palabras fueron:

“El agradecido soy yo por platicar con Edmundo y quiero recordarle que la grandeza de un hombre se mide por lo que trae y no por la estatura ni por la edad. Me gustaría mucho tener tu estatura y tu IQ mi querido Edmundo”.

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