Robin Hood es un personaje de ficción, en una de las historias más conocidas de ladrones que emanados del pueblo, justificaban su actuar muchas veces ilegal en pos de beneficiar al desposeído.
Les suena familiar está analogía, hoy tenemos a diario sermones en los que se pone por delante a los pobres y en su nombre se cometen atrocidades e ilegalidades, ese es el caso del que hablaremos hoy, hace semanas citamos que la corrupción es corrupción ya sea que venga en sobres, bolsas o disfrazada de mentiras, suena tan risible pero por desgracia es algo que está pasando, el Gobierno Federal sigue normalizando la corrupción, esa que ataca con discursos pero que solapa y desdeña combatir en la realidad.
El Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, sí ese que parece estar sacado de alguna película como la Ley de Herodes, es una entidad encargada de cuidar que aquellos recursos que han sido retenidos, confiscados o devueltos al Gobierno Federal puedan ser usados para coadyuvar a que el gobierno pueda cumplir con su tarea de cuidar y atemperar las terribles diferencias entre nuestra población, suena de primer mundo, pero por desgracia se opera como en la citada película, o en cualquiera de sátira política que está ahora muy cercana a la realidad.
Es el caso que en los pocos meses que lleva operando este Instituto, pues las cosas nada más no se le dan, y en el seno del mismo se generan operaciones que ponen en entredicho su labor principal y existe el temor fundado de que al amparo de mitigar la pobreza pues muchos funcionarios públicos estén valiéndose de los recursos recuperados para acrecentar su peculio y patrimonio.
Esta semana un Abogado de amplia cercanía con Manuel Bartlett que dirigía el INDEP, renunció al cargo por no estar de acuerdo con muchas de las cosas que ahí se encontró, cabe destacar que el Dr. Jaime Cárdenas Gracia, apenas llevaba tres meses en el cargo y decidió separarse de este organismo porque sus observaciones y quejas fueron desdeñadas al más alto nivel y ese nivel lo ostenta el primer Mandatario de la Nación el Presidente López Obrador, quien en vez de atacar la corrupción denunciada por Cárdenas, opto por el camino fácil, que fue callar y denostar al mensajero, exhibiéndolo como una persona desleal al Proyecto de la 4T, y como un personaje falto de arrojo; creo que arrojo fue lo que más demostró el funcionario al renunciar.
Sin embargo y más allá de renuncias, lo que no debemos dejar pasar de lado es que hay denuncias que deben ser investigadas por el órgano de control interno y por la Secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval, quien ya sabemos no ha dado muy buenos resultados en el cumplimiento de sus funciones, o será que ella si está cumpliendo la obediencia ciega con tintes de sumisión institucional que pide el Presidente a sus colaboradores,
Ladrón que roba a ladrón dice el refrán popular pero esperamos que en este caso el ladrón que se disfraza de justiciero pueda ser ajusticiado y que no queden impunes estas conductas anómalas que cada día van siendo las más en un gobierno que sigue mirando al pasado para ocultar su incapacidad del presente.
El punto fino es: Hasta cuando las renuncias y exhibiciones de funcionarios del Gobierno Federal tendrán consecuencias, creo el Presidente de la República ya debe poner un escarmiento a los malos funcionarios, llámense como se llamen o se apelliden como se apelliden, incluido un López Obrador del que no sabemos ni Pío.