¿La culpa es del plástico o de quien lo hace basura?

Estimado lector la semana pasada entreviste en programa de radio #CadenaVerde a la activista ambiental, Alejandra Ramos, fundadora del movimiento ecologista #LaSoluciónSoyYo, Economista y Embajadora de la Fundación para la Educación Económica sobre la prohibición a los plásticos y el problema de la basura en México.

La temática fue referente a que se deben reevaluar las prohibiciones a los plásticos en el País, pues el material trae beneficios económicos y medioambientales que durante la pandemia por Covid-19 han resurgido, además de que no resuelven el problema de basura en los mares y las calles de México.

En este sentido, Alejandra señala que: “El invento, afortunadamente, ya existe: el plástico. La campaña en contra del plástico nos ha hecho olvidar sus múltiples beneficios, incluso ambientales. Después de mi encuesta me di a la tarea de investigar al respecto. De acuerdo a los recursos utilizados, una bolsa de papel debe ser utilizada al menos siete veces para ahorrar el impacto ambiental de su fabricación con respecto a una bolsa plástica. Por su parte, una bolsa de tela debe ser utilizada más de 350 veces para compensar el impacto ambiental. Y en cada uso de bolsas de papel y de tela hay desgaste y consumo de recursos valiosos.”

Así mismo nos comentó que: “el plástico no solo responde a la comodidad de los consumidores. Los empaques plásticos de algunos alimentos permiten extender su vida útil y facilitar su distribución.  Las ventajas permiten que los alimentos sean más fáciles de transportar y requieran menos combustible; que sean más duraderos y más fáciles de almacenar, con lo cual hay menos costos de refrigeración, almacenamiento y desperdicio de recursos. Y esos ahorros se traducen, además, en bienes más accesibles económicamente para personas de menos ingresos”.  

Por lo anterior les dejo 6 puntos a considerar dentro de este debate referente a la eficiencia del uso de plástico y de la responsabilidad como ciudadano para evitar que este contamine.

1.       El problema de la contaminación en los mares, océanos y las calles es resultado de una mala administración y manejo de la basura en todo el País y sucede no solo por la mala disposición de botellas o bolsas de plástico, sino también por pañales, baterías, desechos electrónicos y metálicos.

·         En México, el 87% de los basureros son catalogados como “tiraderos a cielo abierto”, debido a que no cumplen con las normas ambientales para ser considerados rellenos sanitarios que eviten la contaminación por filtración o de otros tipos.

·         En México se producen 103, 000 toneladas de basura diaria de las cuales sólo se recolecta el 84%, lo que quiere decir que hay 16,000 toneladas de basura diariamente permanecen en las calles, en los cuerpos de aguas y en el medio ambiente.

·         La tasa de residuos municipales destinados a rellenos sanitarios en 32 países europeos cayó del 49% en 2004 al 34% en 2014.

 

2.       Detrás de las restricciones a los plásticos no existió un análisis económico-ambiental considerando que el material es la mejor alternativa ecológica, ya que en su fabricación se utiliza menos recursos naturales, en comparación a las bolsas y empaques de cartón y tela.

·         Una bolsa de papel debe ser utilizada al menos siete veces para ahorrar el impacto ambiental de su fabricación con respecto a una bolsa plástica; mientras una bolsa de tela debe ser utilizada más de 350 veces para compensar el impacto ambiental.

·         El plástico ayuda a reducir en cinco veces el uso de agua; en dos veces, fuentes de energía no renovable; en tres veces, la emisión de gases de efecto invernadero.

·         Las bolsas de plástico requieren un 70% menos de energía para fabricarse y consumen un 96% menos de agua que las que se usan para fabricar bolsas de papel.

·         Se necesitarían 7.5 años de uso de la misma bolsa de algodón antes de que sea una mejor opción que una bolsa de plástico reutilizada en tres ocasiones.

·         Las bolsas de algodón reutilizables estándar deben reutilizarse al menos 131 veces “para garantizar que tengan un potencial de calentamiento global menor que” una bolsa de plástico utilizada solo una vez.

 

3.       La campaña en contra de los plásticos nos llevó a olvidar las características y beneficios que nos traen los plásticos; es un material maleable, higiénico, resistente y de bajo costo que no requiere de la tala de árboles. Importantemente, ha sido un material importantísimo para prevenir contagios durante la pandemia por Covid-19.

·         La llegada de la pandemia provocó la suspensión temporal de las prohibiciones a las bolsas de plástico en la Ciudad de México, otras entidades del país, además de Londres, Madrid, San Francisco, Los Ángeles y Nueva York por el temor que a través de bolsas reusables se pueda transmitir el nuevo coronavirus.

·         La Semarnat y la Secretaría de Salud recomendaron en abril usar bolsas de plástico para separar los residuos infecciosos – cubrebocas, guantes y pañuelos – de personas enfermas en los hogares; mientras que el uso de bolsas e instrumentos médicos plásticos en hospitales aumentó importantemente.

·         La Organización Mundial de Salud estimó que en el mundo se usan cerca de 89 millones de cubrebocas, 76 millones de guantes cada mes, detonando el consumo de plásticos.

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4.       Las prohibiciones a los plásticos no consideran otros costos económicos y ambientales. Por ejemplo, al prohibir la dádiva y comercialización de bolsas de plástico en la Ciudad de México y en otras entidades se echó para atrás el precario avance en la separación de los residuos orgánicos e inorgánicos en los hogares, oficinas e industria.

 

5.       Más de 30 entidades del País, autoridades estatales y municipales prohibieron las bolsas y empaques de plástico sin previamente analizar los costos o aceptar la responsabilidad que tienen en la mala disposición y bajo aprovechamiento de residuos en el País que se ha extendido durante décadas.

 

6.       Los ciudadanos deben de exigir el cumplimiento de las normas ambientales y el establecimiento de un mejor marco institucional que prevenga la contaminación, y abandonar la visión polarizada que etiqueta al plástico como algo “malo”, mientras etiqueta a los sustitutos como algo “bueno”.

Finalmente, lo anterior es un incentivo para romper el paradigma que se tiene respecto al plástico cambiando el debate desde la coerción y la limitación de libertad a uno sobre la eficiencia y productividad en el uso de nuestros recursos. Le dejo estas líneas para reflexionar si ¿la culpa la tiene el plástico o quien lo hace basura?

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